Creo que las candidaturas para mujeres, obedeciendo las nuevas leyes en cuestión de equidad de género, no serán ni deben ser problema para el PRI… ni para el PAN, ni para el PRD ni para ningún partido.
En principio de cuentas, porque deben cumplir con este requisito y punto. Si bien, habrá partidos donde les cueste más trabajo encontrar damas que ayuden a completar el formulario, no creo que por eso pase y sufra un PRI y un PAN que sin duda alguna, gozan de tener cuadros femeninos con preparación y hay quienes van más allá de la academia… gozan de simpatía, inteligencia, carisma y centradas en su quehacer político. Insisto: No creo que para los partidos, la equidad de género sea un problema.
II
Amantes/queridas de políticos podrían ser postuladas a cargos de elección popular, sentencia Guadalupe Loaeza.
En los setentas, las mujeres que se involucraban en actividades políticas eran consideradas como la tabla del uno: “Bien facilotas”. No importaba qué tan bravuconas fueran estas damas a la hora de defender los derechos de sus compañeras y compañeros en las asambleas que, por ejemplo, se hacían en la CTM… eran “facilotas”.
Realmente la palabra no era “facilota”, era otra más fuerte y lo peor, es que no salía de la boca de los hombres, sino de otras mujeres…
Han pasado casi 50 años de eso que me tocó vivir, sí, porque a mi madre, priista de hueso colorado, enamorada de Miguel Alemán (esperando que un día llegara a Presidente como su padre) y adoradora de don Fidel Velázquez, como no tenía con quién dejar al crío, se le hacía fácil llevarlo a esas dichosas asambleas donde eso sí, había refrescos, café y galletas para distraerme entre discurso y discurso que no entendía aunque la palabra “compañeros” o “compañeras” ¡era de a cajón!
Y casi con medio siglo de ver cómo la mujer en la política ha avanzado, Guadalupe Loaeza abre la duda con las Amantes/queridas que bien podrían dejar a un lado a mujeres que realmente se han partido la madre trabajando, sean del partido que sean, para ser consideradas por sus siglas.
III
Realmente no creo que las mujeres partidistas tengan competencia con las Amantes/queridas de algún político… en estos momentos… en este sexenio… el problema que tanto hombres como mujeres enfrentan en sus aspiraciones por una candidatura se concentra en algo tan sencillo como lo es el compromiso político, el pago de factura, el compadrazgo, el amiguismo.
Un político que gobierna con el pene o una política que gobierna con la vagina simplemente no merece el respeto de nadie, ni de sus propios alumnos, ni de sus propios monstruos, ni de sus propios hijos putativos. Es más fácil perdonar a Calígula por haber nombrado Senador a Incitatus, su caballo, que a un Gobernador (por decir algo, no por referirme a alguien) que hizo a su amante, alcaldesa, diputada federal, diputada local o hasta miembro del Gabinete… afortunadamente para las mujeres políticas, ya son otros sexenios y es seguro que las palabras de Guadalupe Loaeza no tenían a Veracruz como receptor…
Por eso, no creo que los partidos tengan por mayor problema la equidad de género en sus candidaturas. El mayor reto que tienen sin lugar a dudas es que la sociedad crea en sus candidatos, sean hombres o sean mujeres, porque ya se ha demostrado que sean Amantes, queridas o hasta soplanucas ¡se vota por ellos! y si no me cree, nomás haga el recuento de los daños…
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