Mientras se decide si Elizabeth Morales va o no por el distrito urbano de Xalapa, la aparición de Tato Vega Yunes en el escenario de potenciales candidatos al distrito rural de la capital del estado, ya hace más interesante esta contienda que, hasta hace menos de dos meses, estaba más que cantada para Adolfo Mota Hernández ante una rebelde Erika Ayala.
A Tato Vega, titular de la Junta de Mejoras, se le cuestiona dos cosas entre los reporteros: Su pasado panista y su apellido.
Hay que recordar que Tato fue candidato a diputado federal, abanderado por el PAN, por este mismo distrito, y en una cerrada contienda que al final ganó el PRI, alcanzó 67 mil votos. Nada mal para un chavo que en su primera participación, sin dinero, ni estructura ni nada, puso a temblar a Montano.
Afiliado nunca estuvo al PAN y su participación fue más como “candidato ciudadano”.
Aunque, a fuerza de ser sinceros, el Gobierno de Javier Duarte ha exagerado en su papel de ser incluyente… ahí están Gerardo Buganza, Chelo Thomas, Erik Porres, por decir los panistas, y también a los yunistas: Rogelio Hernández Madrid, Paco “El Chule” Vicente, Enrique Ampudia Mello y por ahí, alguno que se me pase…
Que es sobrino de Miguel Ángel Yunes Linares, pues sí, como lo es también de Héctor Yunes Landa… y no pasa nada…
Ahora, ya sea por circunstancia laboral o por esa espinita clavada en el proceso del 2012, de los candidatos que contendieron en ese año, Tato Vega es el que más veces ha regresado a los 18 municipios y 33 secciones que corresponden al distrito rural…
Así que, cuando Tato Vega Yunes alza la mano para querer contender como candidato por el Distrito Rural, al menos, es posible que lo conozca tan bien como Erika Ayala y mejor que Adolfo Mota Hernández.
Ahora, si los factores para considerar en desigualdad de circunstancias a Tato con respecto a Erika y Mota eran el “ser panista” y “ser Yunes”, pareciera que éstos están salvados. Quizás la militancia en términos de temporalidad pudieran ser argumentos para reclamar un “derecho de antigüedad” aunque a veces caras frescas resultan más agradables que “los mismos de siempre”.
Aunque hay que tomar en cuenta un factor más: La posición política tanto de Adolfo Mota como de Erika Ayala con respecto a un sector con el que están involucrados… los Maestros.
Los maestros tienen en claro algo: No encontraron apoyo en Adolfo Mota cuando se llevó a cabo la Reforma Educativa y tampoco vieron a sus dirigentes sindicales enarbolar una lucha por sus derechos que consideraban, estaban siendo pisoteados.
A ello hay que agregar que Erika Ayala ha dejado esparcir un comentario de que si no va como candidata del PRI, se iría como candidata independiente.
Esto, podría llevar a Tato Vega a ser un fiel de la balanza entre un secretario mal visto y una lideresa sindical rejega… ¡ah! y si a eso se le suma a Vega Yunes el apoyo de municipios del AVE y panistas que hay en el distrito, abre un abanico más amplio del que se puedan imaginar Erika y Mota.
Por cierto, Adolfo Mota realmente no es popular (es decir, no es mucho de baños de pueblo, chunchaka y sudar), así que si realmente cuenta con el apoyo de un padrino o dos, del peso de Emilio Gamboa y Miguel Alemán, debería pedir mano para la Pluri.
Pero, bueno… la incursión de Tato Vega con el deseo de ser candidato por el distrito rural de Xalapa, hace más interesante esta contienda interna del PRI donde hasta hace unos 45 días, Mota la tenía segura y Erika Ayala se rebelaba… faltará ver también un factor de decisión importante: Cuál de los tres tiene el apoyo del primer priista del estado, como pomposamente se le dice al Gobernador, que igual, no deja de ser también un fiel de la balanza.

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