Alvarado es sin lugar a dudas algo más que mentadas de madre, un cliché con el que se ha marcado a este puerto. En lo particular, cuando pienso en Alvarado, recuerdo más sus nieves y su gastronomía… ¡Dios! ¡Qué rico se come en ese lugar! Sin embargo, Alvarado no es leperadas o comida, tiene mucho que aportar y es curioso, porque goza de historia, igual de valiosa que el Puerto de Veracruz, tan así, que este miércoles, se recuerda un evento que bien puede enmarcarse en letras de oro en cualquier recinto que se preste de reconocer a nuestros veracruzanos valientes.
Los alvaradeños de cepa, amantes de sus raíces, que respetan y hacen respetar su historia, tienen por estos días, una fecha marcada en su corazón: el 15 de octubre de 1846… la batalla naval de Alvarado.
II
Tal fecha fue retomada para que las autoridades locales, a través de una convocatoria a la sociedad alvaradeña, hicieran un reconocimiento a un ciudadano por su apoyo filantrópico, a la cultura, tradiciones, comercio o actividades productivas de esta localidad.
Y este quince de octubre, la Medalla al Mérito “15 de Octubre de 1846” será para Enrique González Tiburcio.
Por supuesto, un sector en las redes sociales se sorprendió en dos líneas: uno, extrañado, porque no conoce al que será galardonado; y otro, festivo, porque sabe quién es el Maestro González Tiburcio.
III
Exponer su curriculum simplemente rompería la cuartilla que se impone quien escribe estas líneas, pero en un ejercicio de síntesis, les va:
Es egresado de la UNAM en la licenciatura de Economía y con Maestría en Política y Docencia Económica con mención honorífica en ambas. En 1990, recibió el Premio Nacional de Administración Pública por su investigación “Reforma del Estado y Política Social” además de ser distinguido con la Medalla al Mérito por 10, 15 y 20 años como Profesor de la UNAM.
Desde 1993 ocupa diversos cargos en la administración pública federal vinculados al desarrollo social y comunitario como son Solidaridad, el Instituto Nacional Indigenista, la secretaría de Desarrollo Social y ha sido consultor de diversos organismos internacionales como la Unicef, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y FAO, donde por cierto, ha sido conferencista y si eso fuera poco, hasta autor y coautor de libros además de escribir artículos relacionados con política económica, desarrollo social, crisis económica y combate a la pobreza en Excélsior, La Jornada, El Día, Nexos, entre otros… y nos quedamos muy cortos. ¡Ah! Se me olvidaba: actualmente es Coordinador de Asesores de la titular de Sedesol Rosario Robles y secretario técnico del Gabinete Especializado “México Incluyente”…
IV
Pero les decía, en las redes sociales hubo quienes simplemente ven en el Maestro González Tiburcio a un desconocido y cuestionaban qué era lo que había hecho por Alvarado…
Esto es lo increíble… si bien trabaja en la política, no es el político común que guste alzarse el cuello por cada obra, gestión, acción haga en pro de su pueblo.
Hay una Asociación Civil que se llama Patronato de Fomento a la Salud y Bienestar Alvaradeño… tiene 20 años (sí, 20 años) de que Enrique González la formó y su nombre no figura como es habitual en quienes buscan más que ayudar, un interés político tergiversando la filantropía. Algunos la conocen como Pafosa y se enfoca más en el apoyo a las mujeres.
¿Cuántos políticos conoce usted que gestionen programas y recursos y no sólo rechacen la clásica foto en la entrega de los mismos, sino que no asistan a tal? Saber que llegan los apoyos y a las personas que lo necesitan, es la satisfacción más grande que puede tener el Maestro Enrique…
González Tiburcio es un funcionario que se aleja de los reflectores, porque es ajeno a cualquier “interés político” o “partidista”.
¿No lo conocen? Pues no… porque no se regodea como la mayoría exhibiendo fotos en las redes sociales ni alardeando amistades o méritos académicos… ¿humildad? ¿sencillez? ¿filantropía? O simplemente nos encontramos con un funcionario en miles que entiende realmente el verdadero concepto de la política, que es el servir y no servirse.
Bien por este reconocimiento al Maestro Enrique González Tiburcio que nos hace romper no sólo esquemas de política, sino clichés, porque Alvarado es más que mentadas de madre… es historia, es su gente, tan valiosa y generosa como la de aquel 15 de octubre de 1846 que hizo retroceder al ejército invasor norteamericano y pocas veces nos acordamos de ello.

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