La crónica es uno de los géneros periodísticos más literarios. Algunos escritores la llaman, novela sin ficción, pero lo que mantiene a ésta narrativa dentro del periodismo es que se parte de un hecho real, y aunque el narrador tiene plena libertad para contar los hechos, el género exige que la historia se narre de manera completa o por lo menos que no falte lo esencial de la historia. Todo esto lo hizo de manera perfecta Gabriel García Márquez en una de sus obras más representativas e influyentes, me refiero a “Crónica de una muerte anunciada” publicada en 1981.
Crónica de una muerte anunciada es el relato mediante el cual García Márquez nos cuenta el asesinado en 1951 de su amigo Cayetano Gentile, en el pueblo colombiano de Sucre. Cayetano además de amigo, era ahijado de Luisa Santiaga, mamá de García Márquez. El motivo del asesinato fue porque un joven llamado Miguel Palencia recibió la noticia el día de su boda que su recién esposa Margarita Chica Salas no era virgen e inmediatamente Palencia la devolvió, todo esto aparte de la enorme vergüenza familiar, ocasionó la trágica muerte de Cayetano Gentile, exnovio de Margarita. ¿Fue realmente Cayetano quien la desvirgó?
Bajo éste hecho real, treinta años después en Crónica de una muerte anunciada: “Cayetano se convierte en Santiago Nasar, de ascendencia árabe, y así más próximo a la herencia familiar de Mercedes Barcha (esposa de García Márquez). Margarita Chica, amiga de Mercedes, pasaría a ser Ángela Vicario. Miguel Palencia se convertiría en Bayardo San Román. Víctor Manuel y José Joaquín Chica Salas serían los hermanos gemelos Pedro y Pablo Vicario (hermanos de Ángela y asesinos de Santiago).” Consultar:
“Gabriel García Márquez Una vida, Gerald Martin, Debate, primera edición Octubre de 2009.)
Para muchos especialistas en la obra de García Márquez, el escritor colombiano a través de ésta crónica no sólo confirmó su consagración como un grande de las letras (ya había publicado Cien Años de Soledad en 1967), sino que es el momento determinante dónde la Academia Sueca decidió otorgarle el Premio Nobel de Literatura en 1982. En ésta obra García Márquez su crítica no sólo va contra el Gobierno, ahora desnuda de manera clara esas tradiciones y costumbres sociales llenas de machismo, intrigas, pasiones, por eso el juez que investiga el asesinato de Santiago Nasar, decepcionado de no descubrir la verdad si fue Santiago el que deshonro a Ángela Vicario escribe en el expediente judicial: “Dadme un prejuicio y moveré el mundo.”
Con la libertad que tiene el narrador para escribir la crónica (sin salirse de lo real), García Márquez hace de ésta obra una lectura que sin exagerar te mantiene entretenido, atento, intrigado de principio a fin, y a pesar de que inicia anunciando la muerte de uno de los principales protagonista: “El día que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana”, esto no le resta un ápice de interés, al contrario quieres saber, por qué, cuándo, cómo, dónde, origen, motivos, y como sabemos que es un hecho real, quiénes.
El día que mataron a Santiago Nasar la mayoría de los habitantes del pueblo estaban desvelados y crudos, la parranda que motivo la boda entre Bayardo San Román y Ángela Vicario se había alargado. La novia, ahora esposa no estaba enamorada, pero sus padres no sólo le dieron la orden de casarse, además le enseñaron que: “También el amor se aprende”. La boda fue de lujo, mataron 40 pavos y 11 cerdos, en plena fiesta: “Al novio le regalaron un automóvil convertible con su nombre grabado en letras góticas bajo el escudo de la fábrica. A la novia le regalaron un estuche de cubiertos de oro puro para veinticuatros invitados.”
En el contexto de plena diversión los novios se fueron a su nueva casa, pasó lo que tenía que pasar, y fue así como de pronto Bayardo San Román descubrió que su esposa no era virgen, en la madrugada de la misma noche la devolvió a su familia, los recibió Pura Vicario y al saber la noticia empezó a golpear a su hija por la deshonra, pero en ese momento había algo más que Pura y Bayardo no sabían, y era que a pesar del repudio que Bayardo sentía por su esposa, ella ¡imagino! Que por el momento previo de placer, había quedado plenamente enamorada de Bayardo San Román.
Instantes después de la golpiza que le dio Pura a su hija Ángela, llegaron sus hermanos Pedro y Pablo Vicario, la obligaron a decir quien la había deshonrado, ella pronunció el nombre de Santiago Nasar. En breve tiempo la noticia empezó a circular en el pequeño pueblo como pan caliente, no sólo se sabía la vergüenza y deshonra de la familia Vicario, también todo el pueblo sabía que los hermanos Pedro y Pablo iban a matar a Santiago Nasar. En esta crónica hay un personaje colectivo que es el pueblo y casi todos estaban convencidos que la víctima era Bayardo San Román.
García Márquez para escribir ésta crónica entrevistó a varios personajes, entre ellos a la propia Ángela Vicario, es decir, (Margarita Chica Salas), ésta le confesó: “Nadie hubiera sospechado siquiera, hasta que ella se decidió a contármelo, que Bayardo San Román estaba en su vida para siempre desde que la llevó de regreso a su casa. Fue un golpe de gracia. Le escribió una carta semanal durante media vida. ” Después de 17 años de enviarle cartas a su esposo, ¿En que terminará la historia?
Mi apreciado lector, la historia completa la podrá leer Usted, pero le garantizo que Crónica de una muerte anunciada, una vez leída no sé le olvidará jamás. En cuanto a la duda si fue Santiago Nasar quién hizo mujer a Ángela Vicario, García Márquez manifestó: “Mi impresión personal es que murió sin entender su muerte.”