Con diciembre, inicia la cuenta regresiva no sólo para el fin de año, sino para ir definiendo candidatos a la diputación federal, en este caso, por parte del PRI, que son los que más se mueven y más bulla hacen para que los vean y escuchen.
Hay distritos donde no se hace tanta bulla, como el de Martínez de la Torre, por citar un ejemplo, donde citan ya a Edgar Spinoso Carrera como candidato seguro, por encima de Lorena Piñón y Karla Estrada, damas que tiene rato, venían barbechando la tierra para que justo en este momento, cultivar cada una su candidatura… pero tal parece que el carisma de Edgar Spinoso así como la cercanía con la gente, la atención, el gusto por servir, quitando lo popular del ex funcionario de la SEV y UV, han hecho que el partido crea que puede ser su mejor opción (si ya me mentó la madre, me la gané… estaba siendo sarcástico).
Realmente Edgar Spinoso es un funcionario (porque ni político) exquisito, que gusta más del roce con gente de peso y pesos pero no con los de centavos.
Su candidatura, si es que se da, estará basada en economía, pero no tanto porque tenga estudios para crear el desarrollo en esta rama de un distrito que es en sí, rico por cualquier lado que se le vea, aunque concentrado el poder económico en las casi familias de siempre.
Cuando uno refiere “candidatura de economía”, implica que hará lo que muchos “candidatos empresarios” hacen para ganar adeptos: ¡comprarlos!
La técnica no es nueva pero no por ello deja de ser efectiva hasta en un alto porcentaje, aunque claro, también cuenta la disciplina de los líderes locales, regionales, que una vez que son convencidos, ellos tienen que hacer lo mismo con sus seguidores: decirles que el candidato que viene es el Mesías esperado, y hay que votar por él…
La mención de Edgar Spinoso como probable candidato no debe de sorprendernos… el PRI es un partido que en los últimos años y elecciones se ha caracterizado por experimentar, por exponer candidatos hechizos, por inventar líderes de papel (moneda), o por apoyar al compadre, al amigo o hasta a sus guaruras… sí, lo sé… casi siempre es así…
No podemos negar que a veces se tiene éxito, como fue el caso de Javier Méndez, ex alcalde de Tecolutla… ¿lo ubica? Era el “guarura” de Fidel Herrera. ¿No? Fue más conocido por su apodo: El Cobra… “bueno: Él cobra, pero su jefe recibía el dinero”, contaban el chiste. O por qué no recordar el caso de Nayeli Jarillo, de Tlapacoyan y Gustavo Tronco… ¡funcionó!! Aunque no funcionó un Sergio Pazos Navarrete en Boca del Río; Salvador Abellá García en Córdoba; y por allí, hasta Oliver, el hermano del titular del Trabajo, Marco Antonio Aguilar Yunes, entre algunos…
Pero ahí está el caso de Edgar Spinoso Carrera, el tipo que fue exhibido a ocho columnas cuando salió de la SEV y pintaba como candidato… a una investigación a fondo, y hoy es potencial candidato ¡pero a una curul!
Y puede que no sea carismático, puede que tampoco sea popular, puede que carezca de trabajo partidista, que ni tenga un ápice de vocación de servicio; ¡vamos! que no tenga nada de político, pero tiene algo con lo que ni Lorena Piñón o Karla Estrada pueden competir: Dinero…
Y con Dinero, poco importa que le falten atributos políticos a Edgar Spinoso si puede comprar espacios, conciencias y con ello, cumplir un sueño que tiene rato que acaricia: Ser diputado… ¿para qué? ¡Quién sabe! Pero es una espinita que trae atravesada desde hace rato pero hoy, está dispuesto en invertir para cristalizar un sueño que puede ser la pesadilla de Lorena Piñón y Karla Estrada, a menos que ocurriera el milagro y la equidad de Género les hiciera justicia… ¡eso sí sería un sueño! aunque a estas alturas, suena más a utopía.

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