Tlacotalpan aglutinó no sólo a los poderes del Estado, sino a una gran gama de personajes que corearon a la orilla del Papaloapan, un solo nombre, vitorearon un solo nombre, adoraron un solo nombre y admiraron su majestuosidad: ¡Viva la Virgen de la Candelaria!
La cita, en la Finca de Rafael “la Flecha” Murillo ubicada en esa ciudad considerada Patrimonio de la Humanidad. Todos reunidos a la convocatoria que hiciera el Gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Fue un desfile de personajes, entre funcionarios, líderes de Comercio, sindicatos, empresarios, alcaldes, diputados, magistrados, ¡hasta Guadalupe Loaeza! y la mujer y yo, ¡de colados!
Por supuesto, era imposible no advertir la presencia de Erik Porres Blesa, y no tanto porque ya esté a punto de pasar a mejor vida… la del matrimonio, sino por su atuendo: sombrero cuatro pedradas; guayabera, paliacate al cuello, pantalón y zapatos blancos ¡todo un jarocho!
Vitico Perea, desesperado, buscando mesas para sus ¡70 invitados! presumía.
Ranulfo Márquez, más delgado, llegó acompañado de Rafael “El Negro” Cruz mientras que Buganza, en camisa verde, igual se distinguía por el clásico sombrero del que se ha vuelto inseparable.
El maestro Juan Nicolás Callejas llegó acompañado de su hija, Ruth Callejas Roldán, la de las polémicas fotos en Dubai.
Marina Garay, la diputada federal por los Tuxtlas, perdió el encanto al ir con un pantalón y chamarra azul oscuro y blusa roja… ¡nada que ver con la región, con el momento, o simplemente con su identidad!
La legisladora por Nueva Alianza, Jacqueline García Hernández, nos dejó con las ganas cuando se le pregunta: ¿Turquesa? y no nos respondió “¡A huevo!”, sólo nos dijo: “¡Así es!”
Por ahí, Pepe Villegas, jefe de prensa de la diputada Tava Ortega Arteaga, quien confesó que ya está curado de espanto después de que en su primera incursión al lado de la presidenta del Congreso, al volar en una avioneta, tanto fue el susto, que le estaba dando una parálisis facial.
¡Y un Yunes hizo acto de presencia! Por supuesto, descartado Héctor, que aún convalece; igual Miguel Ángel, porque despotricó de la fiesta; Pepe, ¡menos! ¡Era Pedro Yunes Choperena! delegado federal de Sedatu.
Y ya que citamos a Héctor, por ahí andaba su compadre Carlos Abreu Domínguez y el de la CMIC, Rafael Núñez Landa.
Faltando cinco minutos para las quince horas, Enrique Ampudia Mello, el particular del Gobernador, agarró rumbo a la pequeña bahía de la Finca, junto con La Flecha Murillo… ¡claro! el señor de la casa iba a recibir al Gobernador, quien llegó acompañado de su esposa Karime Macías. Por cierto, entre las damas, cómo le chulearon el nuevo look a la autora de la columna “Casa Veracruz”…
Y empezaron los saludos mesa por mesa por parte de Javier Duarte y la señora Karime; mientras que por otro lado, ya los meseros iban sirviendo las viandas: frijolitos charros, tamales de elote y rancheros, arrocito rojo, guacamole, salsas y pico de gallo además de carne de res y mixiotes; de tomar, que la horchata, la chelita o el refresco; por supuesto, no podía faltar ¡el torito de cacahuate o de coco!
Javier Duarte agradeció la presencia de unas mil personas reunidas en esa finca a la orilla del río de las mariposas y a la vez invitó a pedir lo que se le pide a la Virgen de la Candelaria a su paso por el río: “¡Que no nos inundemos!” aunque eso sí, precisó que por esta ocasión, se adelantará el paseo porque el tiempo amenazaba con dejar de ser generoso.
Y cuando al horizonte empezaron a asomarse las embarcaciones así como los cohetones reventando en el cielo, todos fueron a congregarse a la orilla del río para ver pasar a la patrona de Tlacotalpan, incluso Doña Elena, que en cuanto la vio Javier Duarte, corrió a felicitarla, ¡no era para menos! minutos antes nos había deleitado con un zapateado que muchas jovencitas le envidian ¡ah! y por si fuera poco, todavía tiene energías para ir al Palacio Municipal y saben que cuando está allá Elena de la Luz Ramírez Aguirre, ¡es porque va a regañar al alcalde!
Duarte estrecha a la señora en un abrazo y ella se deja querer.
A la orilla, una dama empezó a contar las embarcaciones que acompañaban a la Virgen de la Candelaria… una, dos, tres, 20, 35, y al llegar a los 65 dejó de contar… ¡eran cantidad!
Y los gritos de victoria empezaron a sonar: ¡Viva la Virgen de la Candelaria! ¡Viva la Patrona de Tlacotalpan!
Fue un momento emocionante ver, por decir algo, a un Alberto Sosa, presidente del Tribunal Superior de Justicia; a una Tava Ortega Arteaga, presidenta de la Mesa Directiva del Poder Legislativo; al mismo Duarte; a ganaderos, cañeros, alcaldes, empresarios, ejército y marina; funcionarios; familias tlacotalpeñas; guayaberas y vestidos multicolores, a la orilla del Papaloapan, admirando a la Virgen de la Candelaria… todos, reunidos por Tlacotalpan.

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