El Teatro Gran Tlachco, si no mal recuerdo, remata su fantástico espectáculo con los Voladores de Papantla. Dicen que uno puede estar admirando la danza papanteca cuando por allí puede aparecer don Miguel Quintana Pali, el arquitecto que dio origen al parque Xcaret. La gente, mucha extranjera, admira la belleza del vuelo con un dejo de temor, con razón, sin saber que los papantecos tienen todo fríamente calculado.
Lo que sí da temor es ver cómo un reportero se puede tomar en serio una broma porque entonces, la broma deja de ser broma.
II
En las redes sociales, una página llamada www.elbovocero.com maneja la versión de que el Circo du Solei adquirió los derechos de los Voladores de Papantla.
La broma es buena, se insiste. El asunto se complica cuando un reportero, un jefe de información y un medio que se jacte de serio, le dan importancia a una broma… como cuando Televisa desplegó toda su fuerza reporteril para cazar al Chupacabras. Mandó reporteros, camarógrafos, unidades y equipo a distintos puntos del país donde había vestigio del ente… tres meses y cacho duró la cacería hasta que se agotó el “reitin”. Jacobo Zabludowsky dejó de ser serio… ¡vamos! ¿Cómo se atrevió a quitarle la chamba a Pedro Ferriz Senior?
Sí, porque para las bromas hay especialistas… Newsver, Zoociedad Anónima, Lee la Nota, Deforma… pero de eso se trata, de provocar una sonrisa, una carcajada… si haces la broma y te toman en serio, dejó de ser broma.
III
Me intriga el valor del reportero para acercarse a preguntarle a Harry Grappa su opinión respecto a una broma que, es evidente, el reportero se tomó en serio.
Pero más me admira la paciencia de Harry Grappa para responder a un reportero que es evidente no se toma en serio su trabajo, chingao, cuando hay miles de cosas mejor que preguntar.
Lo cabrón es que por reporteros de broma se le da armas al Gobierno para demeritar el trabajo de los reporteros serios.

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