El libro ahí está, del lado donde la Mujer duerme. A ella no le he visto mucha emoción en su lectura, incluso, dice, se le hace muy tedioso.
Sé que tras leer “Los Cuatro Acuerdos” y “Yo soy Malala”, quizás me atreva a tomar ese libro, por curiosidad… realmente no me llama por tanto tiempo que ha estado allí sin generar un mínimo de emoción en la Mujer, como cuando leyó “Seda”… a lo mejor por eso me genera desconfianza.
Las críticas en torno a él se concentran en dos puntos en donde coinciden quienes han visto la película y/o leído el libro: Hay un sometimiento/sobajamiento de la mujer y machismo.
Entonces me río y recuerdo la versión de “50 sombras de Grey”, región IV, en el alcalde de San Blas, Nayarit, y el levantón de vestido a Rosita.
¿Hay un dejo de machismo exhibir en calzones a la muchacha con la que baila?
II
Le pregunto a Tato Vega Yunes si ya vio o leyó “50 Sombras de Grey”. Me dice que no. Al igual que a mí, no le llama la atención, pero entusiasmado, me cuenta que vio “American Sniper” y “Fury”, conocida en México como “Corazones de hierro” (se debiera castigar a quienes titulan las películas en español).
No obstante de no haber visto la película, dice que al menos su novia Claudia Valencia y su hermana Carla, que ya leyeron el libro, aseguran que la película se queda corta, no transmite como el libro.
Al igual que yo, Tato Vega dice que sólo ha escuchado un común denominador en el libro como en la película: Machismo…
—Machismo es con lo que a veces tenemos que enfrentarnos…
Me intriga: ¿Por qué?
—En los proyectos de traspatio…
III
Subirle el vestido a Rosita en público es tan similar a bajarle el pantalón a un varón en público. ¿Qué se busca? La burla o la humillación. Con ello, claro, proviene la diversión del sujeto que lo genera así como la de los testigos, pero no del objeto de la acción.
Se sataniza al alcalde Hilario “Layín” Ramírez Villanueva pero nadie habla de los integrantes de la banda El Recodo, situados a unos metros de la acción… tampoco nadie habla de los testigos de la acción… incluso, los familiares, amigos o acompañantes de Rosita… es más, qué hubiera pasado si Rosita empuja a “Layín” y lo abofetea por la falta de respeto cometida a su persona y se retira del escenario…
Realmente no veo una discriminación ni violencia de género, ni a un macho, sino a un patán en acción.
IV
¿Machismo en los proyectos de traspatio? Tato Vega cuenta que muchas veces, como estos programas van dirigidos en su mayoría a mujeres, sean casadas, con parejas o madres solteras, se han encontrado con hombres que se sienten ofendidos porque la mujer va a ponerse a trabajar en la casa. “Si para eso trabajo yo”, “yo mantengo a esta familia”, frases recurrentes con las que se encuentran, pero no sólo del marido, incluso ¡hasta de los mismos hijos que han adoptado el comportamiento de su padre.
¿Y cómo atacar eso? Dice Tato Vega Yunes que con sensibilización (mucho de ello involucrando Educación así como Desarrollo Social y Humano).
—Como ves, a veces no tengo que ir a ver una película o leer un libro… también en la sierra, en el campo, incluso en la ciudad, tenemos nuestras “50 sombras de Grey”— me cuenta Tato Vega Yunes, quien mejor me enseña el último libro que está leyendo: “Correr, comer, vivir”, la historia de Scott Jurek, un maratonista. Sí, todavía me jala más ese libro que la novela de E. L. James y sus sombras.

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