Sergio Pitol.

Una de las características particulares que tiene el Premio Cervantes de Literatura, consiste en que se otorga a un escritor español en los años pares y a cualquier escritor de Hispanoamérica en los años impares, ésta regla explica porque España es el país que más Premios ha obtenido. Después de España, México ha sido el país que más ha ganado el Premio Cervantes, y el tercer escritor premiado en el año 2005, fue Sergio Pitol Demeneghi (1933- ), a quien me permitiré presentar con un párrafo autobiográfico que se encuentra en su libro El arte de la fuga:
“Vivo en Xalapa, una capital de provincia rodeada por paisajes de excepción. Por las mañanas salgo al campo, donde tengo una cabaña, y dedico varias horas a escribir y oír música. De cuando en cuando hago alguna pausa para jugar en el jardín con mi perro. Regreso a la ciudad a la hora de comer y por la tarde vuelvo a escribir, a oír música, a leer, a veces a ver algún viejo filme en videocasetera. Me comunico con amigos por medio del teléfono. A partir de las seis de la tarde, salvo casos extraordinarios, no hay poder que me haga salir de casa. Este ritmo de vida que a muchos podría parecer desesperante es lo único que me resulta apetecible.”
Sergio Pitol es una de las glorias literarias que tiene México y el mundo. Gran novelista, cuentista, ensayista, tradujo obras clásicas de la literatura de varios idiomas, entre ellos, del ruso, polaco, inglés, de igual manera su obra ha sido traducida a más de quince idiomas entre los que se encuentran, el francés, italiano, alemán, inglés, húngaro, checo, polaco, ruso, entre otros. Por todo lo antes mencionado, Sergio Pitol es un referente obligado para todo amante de la buena literatura, y esta ocasión el libro que presentamos para su lectura se titula: El arte de la fuga, publicado en el año de 1996.
De la abundante obra de Sergio Pitol, existen dos trípticos muy conocidos y leídos, el primero se llama el tríptico “El Carnaval” el cual está integrado por los siguientes libros: “El desfile del amor, Domar a la divina garza, La vida conyugal.” Y el segundo es el tríptico “De la memoria” integrado por: “El Arte de la fuga, El viaje, El mago de Viena.”
Leer El arte de la fuga es un verdadero disfrute. Sergio Pitol en ésta maravillosa obra evoca y escribe de todo, memorias, crónicas, relatos, ciudades, viajes, libros, personajes, películas, escritores, amigos, familia, niñez, todo esto y mucho más podrá encontrarse en la obra, porque para Pitol: “Todo está en todas las cosas”.
La obra está dividida en tres secciones: “Memoria, Escritura y Lecturas”, y concluye con una crónica sobre un viaje a Chiapas, derivado del levantamiento del ejército zapatista de liberación nacional en enero de 1994. La lectura de El arte de la fuga, es una experiencia enriquecedora, culta, universal, y lo mejor es que a pesar de toda la erudición que se va encontrando en el libro, su lectura es sencilla, comprensible, esclarecedora, y motivadora, porque una vez concluida la obra, uno quiere leer lo que no ha leído de Thomas Mann, ir a las memorias de Casanova, o concluir Los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.
Con Sergio Pitol a través de El arte de la fuga, podrá viajar y conocer distintas capitales del mundo: “Durante mi estancia en Varsovia era dueño de mi tiempo, de mi cuerpo y de mi pluma. Y si bien es cierto que en Polonia la libertad distaba de ser absoluta, también lo es que los polacos aprovechaban de la mejor manera y con una intensidad que rayaba en frenesí los espacios creados durante la desestalinizacion, sobre todo los artísticos. Le debo a aquel periodo el disfrute de lecturas que con toda seguridad hubieran sido diferentes de haber vivido en mi país o en alguna de las metrópolis culturales.”
De Venecia Pitol escribió lo siguiente: “Después de la primera “visión”, volví a Venecia por lo menos una docena de veces. La he recorrido con detenimiento y he leído con interés y placer parte de lo mucho que se ha escrito, sobre su historia, su arte y sus costumbres. Existe, además, una amplia narrativa situada en Venecia. En casi todas las novelas no se le considera como un mero escenario, sino que se convierte en personaje; a veces es ella la auténtica protagonista. Quien tenga una mínima propensión a la sensualidad se sentirá en la Serenísima como en el templo de Venus. No por nada Casanova es el hijo universalmente conocido de Venecia. Venecia es inabarcable. Siempre queda algo para ver en el próximo viaje.”
Sergio Pitol vivió aproximadamente treinta años en distintas ciudades del mundo, es un escritor de una cultura universal, sin embargo, nunca olvidó a su país, porque él siempre escribió que su patria es su lenguaje, es por ello que en esta misma obra: El arte de la fuga, manifestó: “A finales de 1988, regresé definitivamente a México. Durante mi ausencia publiqué varios libros; algunos se tradujeron a otras lenguas, recibí premios, ¡todas esas cosas! Volví al país con el propósito de emplear mi tiempo y mis energías sólo en la escritura. Sentía una necesidad casi física de convivir con el lenguaje, de escuchar a toda hora el castellano.”
Reza el evangelio de San Juan que: “En el principio era el verbo”, es decir, la palabra, con la palabra se construyó y construye todo, y si bien la palabra no resuelve todo, por lo menos lo explica, porque, tal vez, a la hora final, sólo nos queda preguntarnos como lo hace Sergio Pitol en El arte de la fuga: “¿Qué es uno y qué es el universo? ¿Qué es uno en el universo? Uno, me aventuro, es los libros que ha leído, la pintura que ha visto, la música escuchada y olvidada, las calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos amores, bastantes fastidios. Uno es una suma mermada por infinidad de restas.”
Sergio Pitol es un escritor que siempre ha amado el lenguaje, y particularmente la lengua española, sin duda alguna, la mejor manera de homenajearlo fue entregándole el mayor reconocimiento que puede recibir un escritor en lengua castellana, como lo es el Premio Cervantes de Literatura.
Finalmente, si hoy hacemos la pregunta ¿Quiénes son en el universo Miguel de Cervantes y Sergio Pitol? La respuesta es sencilla, dos escritores inmortales, que junto a Don Quijote y Sancho, sus obras siguen cabalgando.

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