«La última vez lo vi en «Morton´s. Quise agradecerle: había recomendado en términos elogiosos mi libro «Piel Adentro». Pero lo vi salir de la mano de Sarita, su amor por 61 años, el decir: el amor de su vida. Caminaban muy despacio. El, con una delgadez que no correspondía a su voz y a su pluma. Ella, con admiración y paciencia. Se apoyaban entre sí. Preferí llevarme esa bella estampa y no interrumpirla. Días después le escribí. Se fue Jacobo. Su más importante lección, a mi juicio: sólo los grandes, los más grandes, son capaces de rehacer su prestigio, su nombre, su dignidad. ¡Hasta la vista!». Lo escribe en el Facebook el analista y consultor veracruzano.