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AQUEL VERANO DEL 85

– Al conmemorarse en esta fecha el 30 aniversario de los sismos de 1985 en la ciudad de México, vale la pena evocar la vivencia personal que tuve en ese acontecimiento, ubicado laboralmente como estaba en el área encargada de la distribución suficiente y oportuna de alimentos y productos básicos -a cargo de las autoridades capitalinas- en una de las urbes más grandes a nivel mundial.

Aquel jueves 19 de septiembre, la capital del país amaneció con un sol esplendoroso, a pesar de que los días previos habían estado lluviosos y con caída de granizo, incluidos los de las Fiestas Patrias.

Yo era entonces jefe del Departamento de Prensa de la Coordinación General de Abasto y Distribución (COABASTO) del gobierno del Distrito Federal y había quedado de verme a las 9:30 horas en las oficinas, ubicadas en la avenida Cuauhtémoc No. 898 (arriba de la estación Eugenia de la línea 2 del Metro) con mi jefe Leopoldo Regalado Allende, director de Comunicación Social de la dependencia, para de ahí trasladarnos a un salón dela Unidad Habitacional Tlatelolco, donde se llevaría a cabo una reunión del comité organizador del XIV Congreso Mundial de Mercados Mayoristas.

Este evento estaba programado para efectuarse del 30 de septiembre al 4 de octubre de 1985, teniendo como sede el Hotel Presidente Chapultepec, al que se esperaba la asistencia de 250 expertos procedentes de 27 países, afiliados a la Unión Mundial de Mercados Mayoristas.

Empero, los macrosismos de esa fatídica mañana cancelaron toda posibilidad de la reunión previa a la que asistiríamos Reglado Allende y un servidor, así como obviamente, el Congreso Mundial de Mercados Mayoristas del cual México sería anfitrión.

Como momentáneamente colapsaron los sistemas de comunicación por télex en la capital del país, los organizadores de este evento tuvieron que despachar a varios funcionarios a los aeropuertos de Acapulco, Guadalajara, Monterrey y Chihuahua para enviar mensajes a distintos países avisando que el congreso se había pospuesto hasta la primavera de 1986 y, de paso, desmentir la versión de que “la ciudad de México había desaparecido”, como ya se propalaba en esos momentos por parte de las agencias informativas internacionales.

En tanto, ante la magnitud de los acontecimientos, por instrucciones del presidente Miguel de la Madrid Hurtado, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Ramón Aguirre Velázquez, informó la noche del jueves 19 a través de COABASTO -a cargo del licenciado Demetrio Sodi de la Tijera- que el suministro de alimentos y productos básicos en la capital del país estaba garantizado, pues había suficiente reserva de los mismos en la Central de Abastos, en los frigoríficos de Industrial de Abastos (rastro de Ferrería)en las bodegas de la cadena de tiendas DDF y en el mercado mayorista de Pescados y Mariscos (La Viga)

En atención a las zonas damnificadas, el gobierno capitalino instaló de inmediato áreas de ‘venta simbólica’ con puestos semifijos (tianguis sobre ruedas) y unidades móviles en plazas públicas, parques y jardines, atrios de iglesias, patios de escuelas, explanadas de edificios públicos y en algunos mercados públicos que no resultaron dañados en las colonias Roma, Juárez, Condesa, Guerrero, Tabacalera, Doctores, Obrera, Unidad Habitacional Tlatelolco y Centro Urbano Presidente Juárez.

Complementariamente, las autoridades de DDF efectuaron una estricta vigilancia en el comercio establecido, para evitar abusos tales como ocultamiento, venta condicionada, elevación de precios o fraude en pesos y medidas de alimentos y productos básicos.

EL TERREMOTO DEL 85… EN PARIS

Por Francisco Garfias / Excélsior

– No sentí el terremoto de 1985. Estaba a diez mil kilómetros. Vivía en París. Era corresponsal de este diario en la capital francesa. Me encontraba en una conferencia de prensa que ofrecía el entonces presidente de Argentina, Raúl Alfonsín, de gira por aquel país, en los momentos que se sacudía la ciudad de México.

Recuerdos lejanos, permanentes, inolvidables. Las primeras noticias eran terribles. Magnificaban la ya de por sí tremenda tragedia. Se hablaba de la desaparición de Acapulco; de la ciudad de México desplomada. Cifras iban y venían sobre el número de muertos.

No había forma de comunicarse a México. Los teléfonos no servían. Los celulares no existían. Ni fax había. Internet todavía no nacía. Las comunicaciones estaban caídas. Ni cómo saber si la familia estaba bien.

Entonces se utilizaba el télex. Ya era de pantalla. Un avance tecnológico impresionante para la época. Teníamos uno en la oficina de Excélsior en París. Lo había heredado de mi predecesor, Raymundo Riva Palacio.

Si mal no recuerdo, el primero que me habló del terremoto fue Roberto Vizcaíno, colega de Notimex. Llamó al departamento que habitaba en la Rué Dauphine, cerca de Saint Germain. Me dijo que se trataba de un temblor mayor. No sabía más.

Luego vino el bombardeo en los medios franceses. Tremendo, impreciso, confuso, alarmante para los que estábamos fuera.

Fue con ese télex que me enteré que mi madre, hermanos y familia estaban sanos y salvos. Ya era de noche en París. Había entonces ocho horas de diferencia.

Súbitamente la campana de aviso sonó. El inconfundible tac tac tac del télex confirmaba la llegada de un mensaje. Me asomé corriendo. Había tratado de contactar con México. Imposible.

El mensaje venía de La Habana. Se identificó el remitente. Era Juan José Kochen, entonces jefe de la sección económica de Excélsior. Se encontraba en Cuba o estaba enlazado. Nunca supe con certeza. Mi atención se centró en el contenido del mensaje. “Tu familia está bien”, leí en la pantalla. Sentí gran alivio. Agradecí profundamente el gesto. Era un privilegio que casi nadie tenía en esa triste jornada.

No había políticas de prevención de riesgos. Tampoco protocolos de ninguna especie. Los reglamentos de construcción eran laxos. El escenario ideal para la tragedia.

Era la primera de muchas noches que no dormiría. El hecho de que la corresponsalía en París estuviera conectada con la ciudad de México sirvió para comunicar los primeros días a hijos con sus padres, hermanas con hermanos, novios, amigos, parientes. Era agotador, pero reconfortante.

Excélsior, además, rentó la sala de teletipos a enviados de medios internacionales. La corresponsalía también fue puente con periódicos y revistas europeos. Enviaban el material con historias sobre el terremoto. Desde París lo distribuíamos. Afortunadamente, el télex lo grababa. Nosotros sólo re direccionábamos.

El 20 de septiembre no faltó el resumen que nos envió el querido colega Román González desde la ciudad de México. Tengo copia de la primera plana de ese día. La de ocho: “La Ciudad de México, Zona de Desastre; miles de Víctimas”. Más abajo: “Devastador Terremoto de Octavo Grado”.

Los balazos: “Más de 100 edificios derribados; tras el sismo, los incendios; frenó la policía saqueo y pillaje; en Tlatelolco, la peor tragedia; de pronto, cesaron los servicios”.

Una crónica de Martha Anaya; otra de Nidia Marín, narraban lo ocurrido. Y la nota con lo más rescatable de la dolorosa jornada: la solidaridad entre los mexicanos, ante los lentos reflejos de una autoridad que, en boca del entonces presidente Miguel de la Madrid, reconocía: “La magnitud de la tragedia nos ha rebasado”.

En el espacio del director apareció un artículo del maestro Gastón García Cantú, periodista por elección, bajo el título de El Signo.

“Lo de ahora parece resultado de una maldición. No hubo día de este tiempo, semana o mes en el cual los avisos no fueran aciagos. Y lo último: una ciudad en parte desplomada. El caos, por fin, enseñoreando la vida cotidiana. Todo ha quedado suspendido, débil, indefenso, provisional, sujeto a una u otra contingencia”.

El sismo del 85 mereció amplios espacios en la prensa francesa y europea. La foto del Hotel Regis fue emblemática. Apareció por todos lados. Unos y otros destacaron la espontánea solidaridad de ‘los chilangos’. En alguna parte leí la réplica de un letrero recogida por algunos de los enviados que se quedó tatuada en la memoria: “México es más grande que sus problemas”.

LOS ÁNGELES DE LA CIUDAD

– Por primera ocasión, la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal entregó este viernes 18 de septiembre el reconocimiento “Ángel de la Ciudad” a las personas e instituciones que participaron con su labor de rescate de víctimas de los sismos de 1985, con la organización de los damnificados y con la escritura de la memoria de aquellos días en la capital del país.

Al recibir su reconocimiento de manos del jefe de gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, el tenor Plácido Domingo dijo que las personas que lucharon para rescatar a los heridos de entre los escombros y que ayudaron a reconstruir las zonas afectadas merecen un país más democrático e igualitario.

“No nos olvidemos que las tragedias que suceden todos los días es algo que, sí estamos en posibilidades de ayudar, debemos hacerlo porque cuando se viven de cerquita, es tremendo.

“El pueblo mexicano tiene una paciencia extraordinaria, porque suceden estas cosas y se levantan enseguida; hay optimismo y ojalá se pueda en este gran país reconocer al ciudadano por todo lo que han pasado y lo que se sigue pasando”, dijo el tenor al recibir su reconocimiento que compartió con su familia.

Los otros galardonados fueron la escritora Elena Poniatowska, por su descripción de los hechos de la devastación; la trabajadora de la industria del vestido Evangelina Corona, quien colaboró con la creación del sindicato de costureras, pero destacó que las condiciones de trabajo de las mujeres de la industria del vestido han cambiado poco en 30 años.

También fueron reconocidos en esta ocasión el rescatista Genaro Francisco Javier del Razo Aguirre, “El Maromas”, uno de los fundadores del grupo de “Topos”; Cuauhtémoc Abarca, fundador de la Coordinadora de Residentes de Tlatelolco, quien colaboró para la reconstrucción de la Unidad Habitacional Tlatelolco; y el H. Cuerpo de Bomberos.

De manera póstuma, recibieron el galardón el escritor Carlos Monsiváis y el periodista Jacobo Zabludowsky, ambos por las crónicas escritas y relatadas durante aquellos días y en años posteriores.

CHILPACHOLE DE LENGUA

– Con motivo del reciente 72 aniversario de Diario de Xalapa, el político xalapeño Reynaldo Gaudencio Escobar Pérez ofreció un banquete a directivos, reporteros, personal de talleres y administrativo del emblemático Vocero de la Provincia, eslabón ahora del consorcio mediático OEM.

Escobar Pérez -ex secretario de Gobierno en la pasada administración, ex procurador General de Justicia con el góber Javier Duarte, ex candidato perdedor del PRI a la diputación federal por Xalapa y ex editor del periódico Tinta Jarocha- al parecer está en espera de que su partido lo lance nuevamente, ahora por la diputación local el año próximo.

– Este viernes 18, el periódico capitalino La Jornada cumplió 31 años, pues fue fundado en 1984 por el visionario editor Carlos Payan Velver.

En esta ocasión se cumplen también 30 años del fallecimiento de Manuel Altamira Peláez, reportero de La Jornada, quien tenía una gran amistad con el comunicador veracruzano José Murillo Tejeda y, puesto que apenas se estaba ‘colando’ al medio periodístico en la capital, mientras se ambientaba Pepe le ofreció hospedaje.

Pepe vivía en un edificio de departamento en la calle Bruselas esquina con Liverpool, donde termina la colonia Roma o donde empieza la otrora famosa Zona Rosa, en la colonia Juárez, donde convivía con su esposa Angelina Cid y sus hijos José Luis y Rubén Darío, el mayor.

Al momento del sismo, Pepe y Angelina lograron salir del departamento, al sentir la fuerza de la sacudida. También logró hacerlo el hijo mayor de Pepe, pero al escuchar los gritos angustiados del pequeño José Luis desde el interior, Murillo y su esposa regresaron. Desgraciadamente, en ese momento se desplomó el edificio. Sólo Rubén Darío logró sobrevivir.

Manuel Altamira falleció en el mismo lugar. Tenía poco de haber llegado al departamento, luego de festejar toda la noche con sus compañeros de La Jornada el primer aniversario de ese diario.

– Y hablando de festejos, el legendario periódico porteño El Dictamen celebró el miércoles 16 sus 117 años de circular en Veracruz y en las principales ciudades de la entidad, por lo cual su editora Bertha Rosalía Malpica Martínez de Ahued recibió un cúmulo de felicitaciones.

– Por su parte, otro periódico de Organización Editorial Mexicana -El Sol del Bajío- llegó a su aniversario 66 y sus directivos en Celaya festejaron en el lienzo charro La Guadalupana, de la cercana Apaseo el Grande, donde tuvieron como invitado principal al gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez, siendo sus anfitriones el director general adjunto de OEM, Francisco Torres Vázquez y el director del diario, Argimiro González Pérez.

– En esta capital estatal, también Diario AZ Xalapa se suma a los festejantes, pues este 19 del patriótico septiembre cumple 16 años, ya que fue fundado en 1999 por el visionario editor Oscar Rodríguez Hernández, junto con el director general adjunto, Eduardo Coronel Chiu.

Cabe recordar que en su mejor época, Diario AZ Xalapa tuvo entre sus colaboradores de la redacción a las dinámicas comunicadoras Irene Arceo Muñiz y Gina Domínguez Colío, ambas egresadas der la FACICO-UV.

También ahí estuvieron los eruditos articulistas Aurelio Contreras y Alberto Arizmendi, así como las reporteras Esther Gamboa, Estela Álvarez, Naldy Rodríguez y el profesional reportero gráfico Bulmaro Bazaldúa Baldo.

– Con pena nos hemos enterado en el leído espacio “Glosario del momento”, de Diario de Xalapa (redactado en esta ocasión por Antonio Ayala Sánchez) que Justino Matus Alarcón -corresponsal de Gráfico de Xalapa en Coatepec y columnista de “Punto político”- permanece internado en la Clínica 11del IMSS, a punto de perder una mano por negligencia médica. Desde este espacio le deseamos una pronta recuperación el experimentado colega.

EL RISOMETRO CULTO

– En el marco del Primer Congreso Latinoamericano del Cartón Político, Ilustración y Dibujo, caricaturistas de Argentina, Ecuador, Nicaragua y Perú destacaron el autodidactismo crítico que desarrolla la UPAV, como un modelo educativo vanguardista que permite el desarrollo de quienes tienen que trabajar entre semana y los fines de la misma se dedican a prepararse, además de indicar el apoyo que brinda a la cultura popular, especialmente a la caricatura.

Durante la presentación del libro “Kemchs, el pintamonos”, de Arturo Kemchs Dávila, Cristóbal Reinoso “Crist” y Sergio Langer, “Langer”, ambos del periódico El Clarín de Argentina; Pedro X. Molina “PxMolina”, del periódico Confidencial de Nicaragua y Omar Zevallos “Omar”, caricaturista free lance del Perú, destacaron el apoyo que la caricatura mexicana tiene con la coedición, por parte de la UPAV, del citado libro.

A nombre del rector Andrés Blancas Portilla, el director de Comunicación Social de la UPAV, José Uriel Rosas Martínez, destacó el trabajo de Kemchs Dávila en su desarrollo profesional como caricaturista por muchos años, pues con sus trazos ha plasmado la historia del país y el acontecer cotidiano del orbe.

Dijo que la tarea editorial de la UPAV tiene el fin de fomentar el hábito a la lectura en estos tiempos modernos y de apoyar la creatividad de aquellos ciudadanos que ven en las bellas artes un vehículo para mostrar su creatividad.

Rosas Martínez agregó que la UPAV, a cuatro años de su fundación, cuenta en la actualidad con cerca de 75 mil estudiantes en educación media superior, superior y posgrados, en todo el territorio veracruzano.

Cabe señalar que en México, la caricatura ha sido utilizada en historietas para reforzar el conocimiento que se adquiere en las aulas, al plasmar historias cotidianas que son de interés para el ciudadano, quien ve reflejada su forma de vida en la misma.

Por mencionar algunas, tenemos “La familia Burrón”, “Los Supermachos” y “Memín Pinguín”, que en su momento retrataron la situación social del país y hoy en día, la caricatura política es referente en los sucesos cotidianos que se viven en el país y el mundo.

¿QUÉ PASA AHÍ?

– La periodista colombiana Flor Alba Núñez Vargas, quien había recibido amenazas, fue asesinada hace poco por un desconocido que le disparó cuando ingresaba a la emisora en la que trabajaba en el municipio de Pitalito, departamento del Huila, informó la Policía.

El canal Caracol Televisión difundió un vídeo en el que se observa el momento en que un sujeto, que cubría su rostro con un casco, siguió a la periodista cuando entraba a la emisora y le disparó por la espalda.

Núñez trabajaba en la emisora radial “La Preferida” y además se desempeñaba como corresponsal para otros medios locales, una labor por la que había sido amenazada.

Un jefe de Policía de la zona dijo al canal Caracol Televisión que la comunicadora había publicado «temas relacionados con algunos delincuentes capturados» en Pitalito.

Tras conocer el hecho, el coronel Santiago Camelo Ortiz, comandante de la Policía en el departamento de Huila, se trasladó a la zona junto con un equipo de investigadores para encontrar al responsable, según un comunicado difundido por esa institución.

El gobierno de Colombia elevó a 100 millones de pesos la recompensa para quienes faciliten información que permita la captura del autor del asesinato.

Hasta el momento no se han confirmado móviles ni posibles autores del hecho.