“La vida debe entenderla el hombre de letras sin odio y acaso sin entusiasmo; pero mejor con entusiasmo que con odio. Mucho de ella son juegos inocentes que debe compartir con toda distinción… No dará importancia a muchas aventuras humanas. Abrirá su vela a todos los vientos; pero en el timón no otra mano que la suya. Su situación en la vida debe ser noble y atenta.” (Antonio Castro Leal, “La profesión literaria”, Boletín de la Universidad, 1918P. 167.)
Por las lecturas realizadas de su obra escrita y por referencias de diversos historiadores y críticos literarios, el párrafo antes transcrito describe puntualmente la vida del escritor Antonio Castro Leal (1896-1981), quien fue un destacado abogado, maestro, escritor, un distinguido miembro de la generación del 15, Rector y pieza fundamental para que la Universidad Nacional de México, hoy UNAM, logrará su ansiada autonomía, en general el maestro Castro Leal, es un prestigiado representante de Los siete sabios de México.
Cuando se es un lector constante, muy pronto el nombre de Antonio Castro Leal lo encontraremos prologando alguna obra clásica de Ignacio Manuel Altamirano, o en su caso podremos leer su magnifica introducción de: La novela de la Revolución mexicana. Esa fue la forma de mi primer acercamiento al maestro Castro Leal, con el transcurso del tiempo he ido leyendo parte de su obra escrita, y sin afán de amarillismo político, lo primero que reflexioné es que no siempre nuestros políticos han sido sólo ladrones, cínicos e ignorantes. Hoy después de algunas lecturas de la generación del 15, comprendo porque merecidamente fueron nombrados sabios de México, y quiero remarcar, que Castro Leal no sólo fue un hombre de letras, también fue Diputado, Rector, Embajador, un gran escritor, y esto lo podremos confirmar leyendo: El imperialismo andaluz.
El libro fue publicado en 1984 por la Editorial Lecturas Mexicanas, publicado por la Secretaria de Educación Pública, la obra integra diez historias narradas magistralmente las cuales son: “El laurel de San Lorenzo, Adriana, El Príncipe Czerwinski, El espía del alma, El dragón pragmatista, Un día de sol en otoño, El examen de física, El cazador del ritmo universal, El coleccionista de almas, El imperialismo andaluz.”
En las diez historias, el lector encontrará una rica variedad de temas, escenarios, personajes, países, posiciones políticas, filosóficas, podrá recorrer pueblos tradicionales de México e inmediatamente viajar a capitales del mundo como Varsovia y caminar en sus jardines, recordará La Sonata a Kreutzer compuesta por Beethoven llevándola al terreno amoroso, en fin, en tan cortas historias, el maestro Castro Leal aborda de manera sencilla e imaginativa una gran variedad de temas profundos con un enorme sesgo ético y filosófico.
Por estar en pleno mes revolucionario, la narrativa que comentaré es: El laurel de San Lorenzo, el personaje central se llama Don Liberto Urraza, un español que llegó a vivir a México a inicios del siglo XX. Don Liberto llegó pobre y con el transcurso de los años se convirtió en un hombre rico, México seguía y sigue siendo una tierra noble para que sólo algunos se enriquezcan. Don Liberto fue un hombre de trabajo, y este personaje va a narrar parte de sus vivencias desde su llegada a México, pasando muchas hambres, sufrimientos, y considero que el tema central de Don Liberto, es contarnos desde un Angulo objetivo lo que fue la revolución.
El escenario central es el pueblo de San Lorenzo, (que puede ser cualquier pueblo de México), éste era un pueblo de gente educada, trabajadora, donde existía orden y respeto, era un pueblo tan alejando de las principales ciudades, que la Revolución para bien de ellos no les había llegado, vivían tranquilamente, sin embargo, Don Liberto nos narra que de pronto todo cambió:
“El año de 1916 fue uno de los peores en aquella región. Deshechas las hordas villistas, se dispersaron sus elementos sin más propósitos que enriquecerse con los bienes del prójimo. Para ellos extremaron horrores e iniquidades. Perdida definitivamente la lucha política y ya sin la responsabilidad que tenían como fuerzas regulares de un ejército, se convirtieron en gavillas de bandidos.
Lo primero que hicieron los bandidos fue abrir la tienda de la esquina de la plaza, la mejor surtida de licores. Empezaron a bajar las botellas y a pasarla de mano en mano hasta proveer a los hombres que cuidaban de los caballos. Los hombres habían abandonado la plaza para derramarse por las calles que daban al campo y asaltar las casas por los corrales. Fue una noche terrible de saqueo, asesinatos y violaciones. Algunos de los heroicos defensores fueron muertos y muchos heridos. Viejos y jóvenes. Algunas de las mujeres más hermosas fueron violadas. La gente corría, saltaba las tapias de los corrales, se escondía entre los árboles, se arrojaban de las azoteas, cada uno de aquellos hombres embrutecidos por el alcohol satisfizo sus apetitos con toda la brutalidad que pudo.”
La historia: El laurel de San Lorenzo, desnuda en lo que realmente se había convertido la Revolución, por supuesto que el maestro Antonio Castro Leal, no estaba defendiendo el sistema político prerrevolucionario, él mismo fue un hombre que años después luchó por los ideales de la Revolución, lo único que estaba reafirmando es que en la Revolución hubo algunos hombres con ideales y principios, Madero y Zapata son un ejemplo, pero que el movimiento armado fue todo lo contrario, para ser más concreto, si Madero quien representaba con defectos y virtudes las libertades y la democracia, fue asesinado, entonces la Revolución terminó convirtiéndose en el Gobierno y sociedad que hoy tenemos, ¿Algún día viviremos en un pueblo como San Lorenzo?
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