Mi postura es sencilla: no debería existir una Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP). ¿Por qué? todo trabajo implica un riesgo, como el de un taxista, el del gasero, el de policía. Así le digo a Namiko Matzumoto Benítez, la secretaria ejecutiva de la Comisión que critico.
Su respuesta es más simple: “Si lo ves de esa manera, no tendría que existir ni la Comisión de Derechos Humanos. Si todos los seres humanos respetáramos las normas, estas instituciones no tendrían que existir… pero no vivimos en un mundo ideal. Hay que reconocer las realidades que vivimos y para eso, hay instituciones que atienden a esas realidades, para tratar de modificar el status quo que existe”.
II
Yo no creo en la CEAPP, quizás porque las cuatro ocasiones en que mi labor sufrió una transgresión, se resolvieron dentro de la oficina del director del periódico donde trabajé, o lo hice personalmente.
En una ocasión, tuve que dejar la capital jarocha por espacio de dos o tres años… no recuerdo. En otra, confronté a un diputado que me “gritoneó” hasta el cansancio haciendo aspavientos y mentando madres; pero al final de su catarsis, se resolvió el problema, entre él y yo.
En una más, una agente del Ministerio Público me inventó una denuncia por difamación después de que publiqué la foto de un niño jugando con un “Cuerno de Chivo” con el que habían dado muerte a unas personas.
Otra, el acoso por parte de elementos de la Policía Federal. Me seguían desde que salía de casa, del periódico. Iban a mi casa. Preguntaban por mí y se retiraban. Por órdenes del director, paramos los reportajes.
Una vez me pusieron “sombra”. Desde que salía hasta que llegaba. Hasta que los paré en seco. Hablé con un funcionario y le pedí que dejara de mandarme a seguir. ¡Santo remedio!
Luego entonces, en mis tiempos, ni Derechos Humanos ni CEAPP.
III
Lo curioso es que el pasado lunes escuché a un compañero que respingó cuando otros criticaron a Namiko Matzumoto y a la CEAPP. Él fue amenazado por un funcionario estatal. Acudió a la Comisión y se dio curso a la queja.
Antes, había escuchado a Raymundo León reconocer la labor de la CEAPP, cuando previo, si no mal recuerdo, era uno de los críticos de dicha Comisión.
Una columnista igual se quejó de acoso e interpuso su queja ante la Comisión. Namiko la atendió y encaminó el asunto ante las autoridades correspondientes. Creo que hasta la fecha, la compañera goza de cámaras de vigilancia tanto en su hogar como en el de sus seres queridos.
Otra dama y compañera, a ella la cito porque hizo público su agradecimiento a la actuación de Namiko Matzumoto y otros personajes de la CEAPP, es Claudia Guerrero, por la agresión sufrida por los 400 Pueblos.
Y ayer, al comentar precisamente estos casos, un columnista alzó la mano y dijo que él también había sido víctima de un funcionario estatal y lo mismo: atención y respuesta.
Entonces… ¿por qué la crítica tan dura a la Comisión y a Namiko?
La mayor parte de las críticas es por quienes nunca han tenido que acudir a la Comisión, como yo… es decir, no la conozco, sólo tengo una percepción de lo que creo debería o no ser… y como siempre me he rascado con mis uñas, espero nunca acudir a la CEAPP.
¿Y la crítica a Namiko?
IV
Esa pregunta se la hago personalmente a Matzumoto Benítez y responde: “A veces pienso que a lo mejor les caigo mal. Es humano, pero siempre digo: Una cosa es que yo no te agrade y otra es la institución.
–¿Tienes sangre pesada?
–No creo… Lo importante aquí es fortalecer a la institución que es la única que tienen, a la que pueden acudir, la única que les puede brindar medidas de protección. Sí, hay instancias federales, pero ésta es la más cercana que tienen y la que puede actuar inmediatamente.
–¿Estás curtida?
–Tiene que ver mucho con mi formación en Derechos Humanos. El nivel de tolerancia del servidor público a la crítica debe ser mayor. No sólo debe uno asumir el discurso que te halaga, sino también el que te irrita, choca o molesta…
–¿Aun cuando sea falso?
–Esa parte la dejo a la conciencia de cada periodista. En esa parte no puedo incidir. Uno puede tomar la crítica para mejorar como servidor público, para fortalecer a la institución. Esa es la función de la crítica. La otra parte, me parece que no es el servidor público quien debe cargar con ella, sino la conciencia personal de cada periodista.
V
Le comento que dos funcionarios del Gobierno Estatal, en ocasiones distintas, me preguntaron mi opinión sobre mantener o eliminar la Comisión de Periodistas. Ahora que se viene la renovación del poder Ejecutivo, le hago la misma pregunta: ¿Se debe mantener o eliminar?
–Creo que debe permanecer y es un deber de ustedes fortalecerla.
–¿Fortalecerla en qué sentido?
–En involucrarse, en apoyarla, en impulsar las cosas que deben mejorarse, en decidir y participar en quienes deben integrarla… Creo que deben hacerla suya.
Sin ser partícipe de dicha Comisión, me agrada la idea… realmente no sé cuándo haya que renovar a los integrantes de la CEAPP, pero conozco a una reportera que cubre la fuente del Congreso local, que además de ser periodista es egresada de la Facultad de Derecho y no creo que algún compañero le dijera que no, para participar en esta Comisión de la que tanto esperan los reporteros, fotógrafos, columnistas.
Hablando de mujeres
El próximo jueves 21, en el Congreso local, la amiga Rebecca Arenas Martínez rendirá protesta como presidenta del Patronato de Centros de Integración Juvenil (CIJ) Veracruz. Por si no lo sabe, en este lugar, se trata a jóvenes con adicciones que, aunque parece nada o no es tan visible, es un serio problema entre los chavos que gustan de “la mona”, mota u estupefacientes distintos. La cita, en el auditorio Lerdo de Tejada, a las 12 horas. Dicen que viene Kena Moreno, que si no mal recuerdo, es la creadora de la primera revista para mujeres en México llamada como ella, Kena y también fundadora de los CIJ.
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