Un equipo internacional de investigadores ha desvelado el mecanismo que utiliza el organismo para eliminar a las neuronas muertas o moribundas del cerebro, lo que podría ser una diana terapéutica contra las enfermedades neurodegenerativas o procesos inflamatorios crónicos como el Parkinson.
El estudio, realizado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Salk Institute de Estados Unidos, se publica en la revista Nature.
Cuando llegamos a la adolescencia, nuestro cerebro contiene la mayoría de las neuronas que tendremos durante el resto de la vida.
Sin embargo, en el cerebro adulto existen aún unas zonas en las que se siguen generando nuevas neuronas, si bien, cerca del ochenta por ciento mueren antes de completar su maduración y diferenciación.
Por eso, en estas regiones es necesaria la presencia de células inmunes especializadas, llamadas microglía, que eliminan las células muertas para proteger al cerebro.
Los investigadores del estudio han identificado los mecanismos celulares específicos que utiliza la microglía para eliminar a las neuronas muertas del cerebro.
En estos mecanismos juegan un papel crucial los receptores TAM, que podrían constituir una diana terapéutica para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas o procesos inflamatorios crónicos, como el Parkinson.
Hace dos décadas, investigadores del Salk Institute descubrieron que las células inmunes del organismo cuentan con receptores TAM.
Dos de estos receptores, llamados Axl y Mer, están presentes en células inmunes llamadas macrófagos y las ayudan a actuar como “recolectores de basura”, identificando y eliminando los más de cien millones de células que mueren en el cuerpo humano cada día.
En este estudio, el equipo de investigadores se preguntó si los receptores Axl y Mer ejercerían el mismo papel en el cerebro, según explica la investigadora del CSIC Paqui González Través, del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols, en Madrid, centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid.
La microglía son los macrófagos del sistema nervioso central y constituyen aproximadamente el diez por ciento de las células que tiene el cerebro, señala González Través, participante en el estudio y que ha trabajado en The Salk Institute con una beca de investigación Marie Curie de la Comisión Europea.
Los investigadores “eliminaron” Axl y Mer de la microglía de los ratones y observaron que se producía una enorme acumulación de células muertas, solo y exclusivamente en zonas muy concretas del cerebro: en las que se generan nuevas neuronas (llamadas zonas de neurogénesis).
“Cuando examinamos este proceso detenidamente y seguimos la maduración de la nuevas neuronas, observamos que en los ratones en los que se eliminaron Axl y Mer de la microglía, el número de nuevas neuronas que migraban y se integraban en el bulbo olfatorio (donde se halla la función olfativa de los animales) aumentaba enormemente en comparación con los animales de referencia”, explica González Través explica.
Unos resultados, agrega, que “sugieren que Axl y Mer no sólo ayudan a la eliminación de células muertas sino que también podrían ser capaces de identificar neuronas que aun estando vivas, son defectuosas o disfuncionales”