La firma privada Space X lanzó hoy la cápsula Dragon para abastecer a los astronautas de la Estación Espacial Internacional (EEI) de más de 3 mil 175 kilos de suministros y equipo científico, entre el que destaca material para experimentar con la microgravedad.
La cápsula se puso en órbita a las 4:43 hora local (20:43 GMT) desde Cabo Cañaveral (Florida), como estaba previsto, y el despegue fue retransmitido en directo por la televisión de la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA).
Esta es la octava misión de este tipo, pero esta vez, cuando ya Dragon estaba en órbita y encaminado hacia la EEI, SpaceX consiguió por primera vez que el cohete Falcon 9 aterrizará en una plataforma flotante para drones ubicada en el océano Atlántico.
Esta plataforma lleva el nombre de “Of Course, I Still Love You” (“Por supuesto, aún te quiero”) en referencia a uno de los barcos de la novela de ciencia ficción “The Player of Game” (El jugador), del escritor escocés Iain M. Banks, publicada por primera vez en 1988.
Entre el material a bordo de la cápsula Dragón destaca equipo para experimentar con un hábitat espacial de microgravedad, destinado a investigaciones médicas y capaz de “revolucionar el trabajo y la vida de la EEI”, resaltó la NASA hoy en un comunicado.
“Los investigadores podrán experimentar con las condiciones de microgravedad para probar la viabilidad de hábitats espaciales expandibles y evaluar el impacto de los anticuerpos en el desgaste muscular”, explicó la viceadministradora de la NASA Dava Newman, según recoge la nota.
La carga de la cápsula también permitirá a los astronautas realizar diversos experimentos para ayudar al diseño de nuevos fármacos y averiguar cómo los microbios podrían afectar a la salud de la tripulación y su equipo durante una misión espacial de larga duración, detalló la NASA.
La Agencia Espacial de EU tiene previsto que la cápsula Dragón aterrice en el océano pacífico el 11 de mayo y traiga de vuelta 1587.6 kilos de material científico.
Rusia tiene la primacía en la Estación Espacial Internacional desde 2011, cuando la NASA puso fin a los vuelos de sus transbordadores espaciales de forma que el transporte de astronautas quedó en manos del programa espacial ruso Soyuz.
Esa dependencia nunca ha gustado al Gobierno de Barack Obama, que considera que una nación como Estados Unidos no puede necesitar a terceros para enviar o traer a sus astronautas del espacio.
Por eso, la Casa Blanca eligió en septiembre de 2014 a dos empresas privadas estadounidenses, Boeing y SpaceX, para llevar al espacio a sus astronautas en vehículos y con tecnología estadounidenses, sin dependencia de otros países.