El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó hoy de que un “renovado” episodio de volatilidad financiera podría crear un “bucle pernicioso” de “frágil confianza, débil crecimiento, mayores tensiones en las condiciones financieras y alza de cargas de deuda”, que estancaría la economía mundial.
“Esto podría abocar a la economía global a un estancamiento económico y financiero. En este escenario, estimamos que el producto global podría caer casi un 4 %, respecto a nuestro escenario base, en los próximos cinco años”, dijo el director del Departamento de Asuntos Monetarios del FMI, el español José Viñals, en el discurso de presentación del informe de “Estabilidad Financiera Global”.
En los países avanzados, especialmente en Europa, el legado de la crisis se mantiene, y los bancos encaran dificultades para adaptar su modelo de negocio al nuevo panorama de incertidumbre global.
En los emergentes, la caída de los precios de materias primas ha elevado la vulnerabilidad a medida que los colchones de seguridad se han ido reduciendo.
“Los sistemas bancarios más afectados en la zona euro en febrero (fecha del último episodio de volatilidad financiera) han sido los de Grecia, Italia y, en menor medida, Portugal, junto con algunos grandes bancos alemanes, como reflejo de problemas estructurales de exceso de capacidad, alto nivel de préstamos morosos y mala adaptación de sus modelos de negocio”, apuntó el informe.
Sobre China, el Fondo subrayó que la salud financiera de las empresas ha empeorado y considera que la deuda en riesgo se ha triplicado desde 2010.
En concreto, la cifra de créditos que podrían tener dificultades para ser pagados en China es de 1.3 billones de dólares.
No obstante, el FMI señaló que, “aunque parezca grande (esa cuantía), es manejable dadas las reservas” y el “continuado fuerte crecimiento de la economía”.
El informe del Fondo se divulga en el marco de la reunión de primavera del organismo y el Banco Mundial (BM), que congrega en Washington a los líderes económicos mundiales durante esta semana, y después de que redujese las perspectivas de crecimiento global para este año al 3.2 %, dos décimas respecto a enero.