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EFE

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, salió a defenderse luego de que este domingo, la oposición de Brasil reunió en el pleno de la Cámara de Diputados los votos necesarios -más de dos tercios- para que prosiga el proceso de juicio político contra la Presidenta.

“El juicio político es un tipo de venganza porque nosotros no aceptamos negociar los votos en nuestra defensa”, subrayó la mandataria.

La mandataria volvió a negar las acusaciones en su contra y dijo que es “víctima de una gran injusticia”, al comentar la decisión de la Cámara de Diputados que la pone más cerca de un proceso con fines a su destitución.

Rousseff, quien admitió estar “triste” pero no “abatida”, dijo que ha quedado frente a una “situación que solo puede provocar una inmensa sensación de injusticia y de que hay en Brasil una violencia contra la verdad, la democracia y el Estado de Derecho”.

Aseguró también que, una vez que el proceso con vistas a un posible juicio político se inicie en el Senado, confía en que tendrá la “oportunidad” de defenderse y demostrar que, en su caso, “se usa la apariencia de un proceso democrático para practicar un abominable crimen, como es condenar a un inocente”.

El Senado decidirá si inicia un juicio con miras a su destitución.