Lugar:
Fuente:
DPA

Investigadores del Instituto Alfred Wegener de la ciudad alemana de Bremerhaven estiman que este verano boreal habrá de nuevo un deshielo récord en el Ártico.

El análisis de los datos satelitales disponibles muestra que la capa de hielo ya fue extremadamente fina en el verano de 2015. Y durante este pasado invierno se formó además muy poco hielo nuevo, indican en su informe.

Cuánto hielo se derretirá este verano dependerá de los vientos, así como de la temperatura del aire y del agua. Pero las condiciones básicas se establecen ya durante el invierno, explicó el oceanógrafo Marcel Nicolaus. “El invierno especialmente cálido en el Ártico ha hecho que en muchas zonas solo se forme hielo nuevo sobre el mar de forma muy lenta”, añadió.

La capa de hielo es tan delgada como la del peor año registrado, 2012, incluso más fina en algunas zonas. Aquel año la superficie de hielo del Ártico se redujo a 3.4 millones de kilómetros cuadrados.

“Está directamente relacionado con el cambio climático”, señaló el experto a dpa. “Se confirma la tendencia”. Y su efecto directo ya influye sobre la vida de los seres humanos, por ejemplo en las costas de Alaska, que sufren una mayor erosión. “También lo percibimos todos más en general a través de los fenómenos extremos que se producen en la meteorología”.

Para hacer la previsión, Nicolaus analizó junto con sus compañeros los datos satelitales de la capa de hielo en los últimos cinco inviernos. También obtuvieron información importante de siete balizas de nieve colocadas en témpanos que registran la altura de la capa de nieve, la temperatura y la presión del aire.

El mes pasado los científicos ya habían alertado de que desde el inicio de los registros el hielo del invierno nunca había cubierto una superficie tan pequeña como este año. “Nunca vi un invierno tan cálido y loco en el Ártico”, declaró el director del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo en Estados Unidos (NSIDC), Mark Serreze.

En el día de su mayor extensión, el 24 de marzo, el hielo cubría en el océano Ártico una superficie de 14.52 millones de kilómetros cuadrados. La superficie se mide con satélites desde hace 37 años y los 13 valores más reducidos se han registrado en los últimos 13 años.

El hielo ártico influye sobre el clima de la Tierra, porque refleja la luz solar y el calor que de lo contrario es absorbido por el agua. De ese modo, el Hemisferio Norte se mantiene más fresco. El retroceso de la capa de hielo es así consecuencia y agrava a la vez el calentamiento global.