“La zona sur de Veracruz vive en una amenaza silenciosa, es un desastre por los productos químicos no regulados y altamente tóxicos que se emanan, es un juego muy peligroso… la explosión de Clorados III, tendrá efectos a mediano y largo plazo”, declaró en entrevista vía telefónica para Diario del Istmo, el coordinador del programa de Detox, la campaña de tóxicos de la agrupación ambientalista Greenpeace México, Robín Perkins.
El pasado fin de semana, los ambientalistas de Greenpeace llegaron a Coatzacoalcos, para hacer el muestreo de agua, suelo y aire tras la explosión en la planta Clorados III, en el complejo Pajaritos; de acuerdo al coordinador de la campaña de tóxicos, se realizaron 10 muestras: cuatro en el río Coatzacoalcos cerca del complejo Pajaritos; cuatro en suelo, en perímetros cercanos a la explosión y en las comunidades como Mundo Nuevo; una muestra a la ceniza que se esparció, y una más en una tubería de lluvia.
Los resultados estarán en un mes a más tardar; están siendo analizados por laboratorios independientes.