El Sevilla arrancó hoy un valioso empate en casa del Shakhtar Donetsk (2-2) en la ida de las semifinales de la Liga Europa, en la que los españoles sólo fueron mejores al principio y al final del partido.
De esta forma, el equipo dirigido por Unai Emery viaja a la capital andaluza con muchas posibilidades de clasificarse para la final de un torneo que ganó en cuatro ocasiones (2006, 2007, 2014 y 2015).
Debido a la guerra en el este de Ucrania, el partido se disputó en el oeste del país, Lvov, pero los ucranianos no parecieron acusar el exilio y pusieron en muchos aprietos a la defensa sevillista, especialmente en la última media hora del primer tiempo.
El técnico rumano Mircea Lucescu sorprendió durante parte del encuentro a Emery, pero ya no cuenta ni con la calidad de la plantilla ni con la pléyade de brasileños que se alzaran con la última edición de la Copa de la UEFA en 2009.
El caso es que el partido no pudo empezar mejor para los sevillistas, ya que a los cinco minutos se adelantó en el marcador por medio de Vitolo.
El francés Gameiro recibió el balón al borde del área y de primeras se la cedió al delantero español, que recortó magistralmente a Rakitskiy y batió por bajo al portero ucraniano.
Los “mineros” tardaron veinte minutos en tirar a puerta por medio de brasileño Marlos, pero su disparo centrado no puso en dificultades a Soria.
No obstante, el delantero del Shakhtar tendría más suerte poco después al aprovechar un garrafal fallo de marcaje de la defensa española, que estropeó todo el trabajo de los primeros veinte minutos.
Un pase de más de treinta metros de Rakitskiy dejó incomprensiblemente solo a Marlos, que tuvo incluso tiempo de bajar el balón con el pecho y no tuvo problemas en batir al portero español con un sutil golpeo con la zurda (min.23).
Ante la presión local, el Sevilla siguió reculando, lo que aprovechó el equipo local para poner en aprietos la portería defendida por Soria.
Marlos, que fue una pesadilla para la defensa andaluza durante toda la primera parte, creó de la nada el segundo gol tras un saque corto de córner.
Recortó magistralmente a su marcador y se sacó de la chistera un magnífico centro que fue rematado completamente solo por Stepanenko al borde del área pequeña (min.35).
El ucraniano Konoplyanka fue un reflejo de la impotencia de su equipo, que al final de la primera parte parecía noqueado sobre la lona, mientras el Shakhtar buscaba con ahínco el tercer gol.
Por eso, Emery se marchó visiblemente enfadado a los vestuarios, donde a buen seguro echó una buena reprimenda a sus jugadores, que salieron mucho más centrados en la segunda parte.
Con Banega como estandarte, el Sevilla recuperó el control del balón, aunque al principio no creó apenas ocasiones de gol para nivelar el marcador.
Emery perdió la paciencia y a los pocos minutos de la reanudación prefirió reforzar el centro del campo, por lo que retiró a Konoplyanka e introdujo al danés Krohn-Delhi.
Los españoles mejoraron ligeramente, pero sin llegar a dar la sensación de poder lograr el empate y, de hecho, Marlos pudo marcar con un disparo de rosca.
Pero este no era el día del Sevilla, ya que el danés se lastimó solo al girar en el centro del campo, en lo que parece una grave lesión en la rodilla por sus gestos de dolor y la cara de estupor de sus compañeros de equipo.
No obstante, esa desgracia pareció despertar al Sevilla en el último cuarto de hora, ya que Gameiro marcó tras adelantarse a Pyatov después de un buen centro desde la izquierda, aunque el árbitro anuló el gol por un fuera de juego muy dudoso.
A los 77 minutos de nuevo el francés recibió un preciso pase de Banega, pero cuando se disponía a marcar, el balón botó y su disparo salió desviado.
Tampoco tuvo suerte dos minutos después, cuando a portería vacía un defensa local le impidió marcar sobre la línea de gol, ante la desesperación de sus compañeros.
El gol del empate era cuestión de tiempo y fue Gameiro quien tuvo la oportunidad de resarcirse de sus fallos al marcar de penalti, después de que el argentino Ferreyra cayera en la trampa y derribara a un astuto Vitolo (min.81).
Los ucranianos no pudieron vengarse así de la dolorosa derrota sufrida en 2007 cuando el portero del Sevilla, Andrés Palop, marcó de cabeza en Donetsk en el tiempo de descuento, en una de las mayores proezas en la historia del club hispalense.