De acuerdo con Andrea Amato de la asociación internacional Slow Food, el paradigma del sistema de producción y consumo de alimentos actual, en países como México y entidades como Veracruz, favorece a las grandes corporaciones y no a los pequeños productores lo que entre otras cosas está produciendo problemas graves de salud como la obesidad.
«No favorece a los ciudadanos, al contrario es un sistema que los lleva a la obesidad y muchas enfermedades así que queremos cambiar ese paradigma y crear un sistema donde todos tengan derecho a un alimento bueno, limpio y justo, que no dañe al medio ambiente y que crea justicia social».
Slow Food nació en Italia a finales de los 80 con el objetivo de proponer un sistema alternativo al Fast Food, esa asociación capacita a los productores creando consumidores conscientes y apoyando a grupos de agricultores para que puedan tener acceso a un mercado que valore sus productos.
Actualmente cuentan con 100 mil socios en 150 países, cada socio es una persona que se afilia al movimiento internacional y al mismo tiempo a un grupo local y que organiza eventos, encuentros, diálogos, visita a productores y fomenta el intercambio de productos entre productores y consumidores además de que facilita proyectos de desarrollo territorial basados en los productos alimenticios locales, tradicionales que se basan en la memoria e identidad de los pueblos.
Asimismo trabajan en la creación de proyectos educativos para niños y adultos para que entiendan cuál es la diferencia entre la comida local tradicional y la chatarra y cuáles son los efectos para las personas, los territorios y la economía.
Este viernes, Slow Food firmó un convenio de colaboración con diversas organizaciones quienes han formado una alianza para visibilizar el trabajo que se realiza en la región de Xalapa y Coatepec mismo que está enfocado a mejorar las condiciones productivas y calidad de vida de las familias campesinas.