Las autoridades de la provincia china de Fujian, al sureste del país, confirmaron la muerte de 31 personas en el alud de tierras que sepultó las obras de construcción de una central hidroeléctrica este domingo, mientras que otras siete siguen desaparecidas.
Según informó la cadena de televisión oficial CCTV, los equipos de rescate continúan trabajando en la localidad de Sanming para intentar localizar a los atrapados por este accidente, que las primeras investigaciones asocian con las lluvias torrenciales que se están registrando en la región.
Más de 600 personas participan en el operativo de búsqueda, que ya consiguió rescatar a otros catorce trabajadores de la obra, añadió la agencia oficial Xinhua.
Las víctimas trabajaban en la extensión de la central hidroeléctrica de Chitan del condado de Taining, que tiene previsto empezar a operar en agosto de 2017.
Las oficinas y una nave adjunta a la zona donde se construía la central, situada en un terreno montañoso, quedaron parcialmente enterrados por los aproximadamente 100 mil metros cúbicos de lodo y rocas que, según las autoridades, se desprendieron de las colinas cercanas.
Entre la mañana del sábado y la del domingo, Taining registró precipitaciones de 215.7 milímetros, lo que según las investigaciones iniciales pudo provocar el desprendimiento.
La mitad sur de China sufre desde mediados de la semana pasada fuertes tormentas que afectan a varias provincias del país, con cancelaciones de vuelos, cortes en el tráfico ferroviario e interrupciones del servicio eléctrico.
La China meridional está empezando su temporada de lluvias, en la que son frecuentes desastres naturales como inundaciones o tifones, lo que cada año se salda con la muerte de decenas o hasta cientos de personas.
Los centros meteorológicos de China mantienen su alerta por las tormentas, ante la posibilidad de que las fuertes precipitaciones continúen a lo largo de los próximos días en esa región sur.