Dilma Rousseff, la mandataria suspendida de Brasil, alertó hoy de los “riesgos” que corren el país y su democracia desde que están bajo un “gobierno ilegítimo”, como consideró al que preside interinamente Michel Temer.
“No sé si el riesgo existe ahora, en este momento. Pero creo que un gobierno ilegítimo precisará siempre de mecanismos ilegítimos para mantenerse en el poder”, declaró Rousseff en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, un día después de que fue separada del cargo para responder a un juicio político.
La mandataria, que recibió a la prensa extranjera en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial que aún mantiene, también reiteró que se propone “luchar” para recuperar el poder, para lo cual espera demostrar su inocencia en el juicio político, que se desarrollará durante los seis meses que puede estar suspendida.
Sobre el gobierno interino de Temer que inició este jueves, Rousseff también afirmó que, por sus primeros pronunciamientos, será “liberal en la economía y conservador en las áreas social y cultural”.
La mandataria suspendida, la primera mujer elegida para gobernar el país, lamentó también que “después de mucho tiempo, por primera vez no haya en el gobierno brasileño ni mujeres ni negros”.
Temer anunció este jueves su gabinete este jueves, y todos sus 24 integrantes son hombres de tez clara, lo que Rousseff consideró que “es una imagen” de lo que será su gestión.
“Hay un problema de representatividad”, sobre todo en relación a las mujeres, que suponen más del 50 % de la población brasileña, dijo.
“La cuestión de género es fundamental para la democracia en Brasil”, dijo Rousseff, quien la igualó en ese sentido a los asuntos raciales y a la discriminación que sufre la población negra.
“La desigualdad en Brasil es negra, femenina, infantil y también, obviamente, masculina, pero negros y mujeres son fundamentales si se quiere construir un país desde el punto de vista social, cultural y de derechos humanos”, declaró.