El desempleo en Brasil podría llegar al 14% si se falla en restaurar la confianza, afirmó hoy el nuevo gobierno del país al anunciar al equipo económico que tratará de revertir la profunda recesión que azota al gigante sudamericano.
“Si no se hiciera nada, si no tomamos medidas, si no restauramos la confianza y con la economía en contracción, el desempleo podría llegar al 14 por ciento”, admitió en rueda de prensa el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, uno de los hombres más influyentes del nuevo Ejecutivo del presidente interino Michel Temer.
“Por eso estamos tomando todas las medidas”, señaló el exbanquero, de 70 años, y responsable de mejorar el desempeño de una de las 10 mayores economías del mundo.
“El retorno de la confianza es algo geométrico: comienza poco a poco y luego se acelera”, señaló.
Brasil sufre una de sus peores recesiones desde 1930: el año pasado el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 3.8%, y los analistas prevén otra contracción similar para este ejercicio.
Los más recientes indicadores de la economía brasileña reflejan un aumento del desempleo, que ya afecta a 11 millones de personas, así como contracción en la práctica totalidad de los sectores económicos -a excepción de las exportaciones-, y una inflación por encima de 6.0%.
Otra de las grandes medidas anunciadas este martes por Meirelles fue la aprobación de una enmienda constitucional para garantizar “la autonomía técnica de decisión del Banco Central” del país.
Ello significa que el Banco Central tendrá “autonomía, pero no independencia” para definir la política monetaria y luchar contra la inflación, actualmente cercana al 7.0%, pese a los altos tipos de interés establecidos en el 14.25%.
El titular de Hacienda nombró a un secretario de acompañamiento económico, Mansueto de Almeida Junior, con el objetivo de “hacer un análisis detallado de los gastos públicos”.
El gobierno de Temer cree que la anterior administración, de la presidenta apartada Dilma Rousseff, no publicó los datos macroeconómicos reales de Brasil, por lo que antes de adoptar medidas –como eventuales aumentos de impopulares impuestos- quiere hacer un “diagnóstico”.
Meirelles anunció al nuevo presidente del Banco Central, el banquero Ilan Goldfajn, que deberá ser aprobado por el Senado, así como a otros secretarios de alto grado en el ministerio.
Todo ello antes de la apertura de la Bolsa de Sao Paulo, con el objetivo claro de tantear la reacción de los inversionistas a los nombres propuestos.
De nuevo, Meirelles insistió en la necesidad de una reforma urgente del sistema de pensiones, horas después de que el nuevo Ejecutivo se reuniera con tres de los cinco mayores sindicatos del país.
El gobierno quiere que los sindicatos y el Ejecutivo estudien, juntos y en un plazo máximo de 30 días, medidas para reformar el sistema de pensiones, considerado insostenible por varios analistas.
Sin embargo, la Central Única de Trabajadores (CUT), mayor sindicato del país con cerca del 30% del total de empleados afiliados, rechazó acudir a la negociación por considerar “golpista” al Ejecutivo de Temer.
Datos del gobierno indican que la edad media de jubilación en Brasil –donde no hay edad mínima para retirarse- es de 58 años, y el déficit provocado por el sistema de pensiones asciende a varios miles de millones de dólares anualmente y es considerado por los economistas como insostenible en su modelo actual.