Las protestas iniciadas hace más de dos meses en Francia contra la reforma laboral del Ejecutivo subieron de tono esta semana, con nuevos disturbios hoy durante una concentración policial por las agresiones que sufren los agentes y que precede a la gran manifestación convocada para mañana.
A menos de medio kilómetro de donde cientos de agentes de paisano participaban en una concentración para denunciar la violencia de que son objeto en esas marchas, un coche de policía fue incendiado y sus dos ocupantes resultaron heridos leves.
El automóvil fue pasto de las llamas junto al parisino Canal de Saint Martin cuando varias personas lanzaron botellas, proyectiles y artefactos incendiarios contra una patrulla, con lo que quedó de nuevo patente el clima de tensión que ha acompañado hasta ahora las protestas.
El Ministerio francés del Interior, que no ha facilitado datos de heridos civiles, apunta que desde el inicio de las protestas 300 agentes han resultado heridos y mil 300 personas han sido detenidas, de las cuales ya se ha condenado a 51.
“No hay manifestación que no degenere en Nantes, París o Rennes”, declaró hoy al periódico “Le Monde” el secretario general del sindicato policial UNSA-Police, Philippe Canton.
En las manifestaciones del pasado martes, organizadas por siete sindicatos de trabajadores y estudiantes, participaron 68.000 personas en todo el país, según la Policía, 13 mil más que el jueves anterior, pero sensiblemente menos que en días precedentes.
La de mañana será la séptima jornada de protestas en las calles, y los sindicatos mantienen que la reciente aprobación del texto en primera lectura sin el voto de la Asamblea Nacional provoca que la movilización sea “más indispensable” que nunca.
La novedad esta semana es el número de frentes abiertos contra el texto de la reforma laboral, que pasará por el Senado entre el 13 y el 24 de junio y se votará en esa cámara el día 28 de ese mes, antes de volver a la Asamblea en caso de que se introduzcan cambios.
A la ocupación de las calles se sumaron hoy, por segundo día consecutivo, los bloqueos protagonizados por camioneros en puntos estratégicos de la red viaria y marítima francesa en las proximidades de centros industriales.
Los convocantes denuncian que la reforma defendida por la ministra francesa de Trabajo, Myriam El Khomri, conllevará más precariedad en ese sector.
El llamamiento a la huelga se ha extendido tanto al transporte metropolitano RATP como al ferroviario SNCF, donde se instó a cesar el trabajo cada miércoles y jueves en contra de la reforma y en defensa de la negociación de un convenio colectivo frente a la apertura a la competencia del transporte de pasajeros.
La última de estas compañías indicó que un 15 por ciento de su empleados participó hoy en la huelga, lo que llevó a la supresión de entre una cuarta parte y el 60 por ciento de los trenes habituales en Francia.
Ese porcentaje de huelguistas es inferior al de las convocatorias del 26 de abril (23.9 por ciento), el 31 de marzo (24.2 por ciento) y el 9 de marzo (35.5 por ciento).
Para mañana se prevé, además, la anulación del 15 por ciento de los vuelos desde el aeropuerto parisiense de Orly.
Pese a la oposición popular al texto, el Gobierno se mantiene firme.
“No voy a ceder” a la presión de los manifestantes, dijo ayer el presidente francés, François Hollande, en una entrevista a la emisora de radio Europe 1, en la que respaldó la reforma, pero reconoció su impopularidad.