El fundador de Wikileaks, Julian Assange, aseguró hoy que para cambiar las “estructuras de poder” ya no es suficiente con “convocar a las mayorías”, sino que hay que “fragmentar y producir fricción interna” en el propio poder para debilitarlo y que surjan “resistencias”.
Assange hizo esta reflexión durante una charla celebrada hoy durante las jornadas Ciudades Democráticas que organiza el Museo Reina Sofía de Madrid.
El fundador de Wikileaks sostuvo que tiene una visión “mixta” sobre el poder de la democracia, puesto que “por definición son las élites las que tienen el poder”.
“Para cambiar una sociedad no es suficiente sencillamente con convocar a las mayorías, ya no es suficiente, como propone Canvas, con poner flores en las armas de la Policía”, agregó Assange desde la Embajada de Ecuador en Londres, donde lleva asilado cuatro años.
Esa, dijo, es su experiencia también en lo que se refiere a la publicación de informaciones filtradas: “El tejido del poder empieza a desgastarse; dentro existen conexiones entre los individuos y las instituciones que lo mantienen todo en pie”.
Assange añadió que en el mundo “todo está vinculado”, en relación al Tratado Transatlántico de Libre Comercio (TTIP, por sus siglas en inglés).
Además, apuntó que la negociación de ese acuerdo con Estados Unidos, junto con otros dos tratados económicos: “Es el mayor desplazamiento en la naturaleza formal de la civilización occidental, que se haya visto quizás desde la creación de la Unión Europea”.
En su opinión, esos tratados que incluyen a 56 países en su conjunto provocan que las multinacionales tanto en EU como en Europa estén “jugando a la baza de China”, es decir, han conseguido que las estructuras occidentales den su apoyo al país asiático para consolidar un capitalismo en “un nuevo nivel”.
“Cuando algo enorme ocurre en la estructura internacional es porque hay múltiples fuerzas que se juntan”, comentó.
Julian Assange, sobre quien pesa una orden de arresto desde 2010 por un delito sexual, está refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres desde 2012 para evitar su extradición a Suecia.
El periodista teme ser enviado después a Estados Unidos, donde podría afrontar un juicio militar por los secretos sobre la seguridad estadounidense revelados por Wikileaks.