1.Observa su comportamiento
Tu hijo no sabe controlar sus emociones y actúa con agresividad. Por ello, pon atención y ponlo a prueba con diferentes situaciones de la vida cotidiana. Y reflexiona se comporta con agresividad cuando: está solo, al llegar su papá, al estar contigo, cuando la maestra lo regaña, cuando es atacado por sus compañeros. Si no hay claridad, no dejes de investigar las posibles causas que están generando su mala conducta.
2.Establece límites
No sólo para tu hijo, sino para la familia entera; por ejemplo: si un padre solo castiga e insulta a su hijo de forma constante o desaprueba todo lo que hace y no hay una verdadera comunicación familiar, es momento de establecer límites con tu esposo y los integrantes de la familia. Recuerda que el respeto es un valor que se aprende desde casa.
Por otro lado, si a tu hijo le dejas hacer todo lo que quiera y no conoce las consecuencias de sus acciones, de inmediato cambia tu actitud y ejerce tu autoridad.
3.Controla tus emociones y enséñale
Al percibir e identificar que tu hijo actúa con agresividad, procura que tanto él como tú mantengan la calma, y tomen un tiempo para reflexionar y pensar. En algunas ocasiones resulta efectivo dejar un tiempo a solas y meditar en las posibles consecuencias.
Después, platica con tu hijo, hazle entender que existen muchas maneras de resolver los problemas; dale a conocer todas las soluciones y alternativas posibles para que no actúe con agresividad. Como ejercicio encuentren soluciones a alguna problemática de la vida cotidiana que no les incida directamente.
4.El poder de las palabras
Si lo regañas y le dices a gritos, “No lo hagas”, “Eres un inútil, siempre te equivocas”, “Deja de hacerlo, mejor yo lo hago”; estarás haciendo de tu hijo una persona insegura y con baja autoestima. Ten presente que una causa de la conducta agresiva es la frustración. Más bien, motívalo, háblale con amor, con respeto, con ternura y cariño; cambia frases negativas a positivas como: “Eres un campeón”, “Es de humanos equivocarse, aprende de tus errores”.
Cuando crees que la situación es incontrolable y que con estos pasos no has podido cambiar su comportamiento, no dudes en buscar ayuda profesional. Algunos comportamientos agresivos son generados por cambios hormonales, algunos de los cuales son tratados médicamente. La unión y la comunicación familiar son fundamentales para enseñar a los hijos a controlar las emociones.