La ONU va a solicitar oficialmente a Siria este domingo autorización para que sus aviones y helicópteros puedan entregar ayuda humanitaria en varias localidades sitiadas del país.
“El domingo, la ONU (…) va a hacer una demanda a Damasco para que autorice entregas aéreas en localidades en las que el acceso por tierra ha sido denegado por el régimen sirio”, dijo a los periodistas el embajador francés ante Naciones Unidas, François Delattre, que este mes preside el Consejo de Seguridad.
La decisión llega después de que este miércoles venciera el plazo fijado por el Grupo Internacional de Apoyo a Siria (ISSG), que acordó en abril que si para el 1 de junio seguía impidiéndose el acceso de los convoyes humanitarios a las áreas sitiadas, la ONU iniciaría un programa de suministro aéreo a esas poblaciones.
Según el análisis presentado hoy por la organización al Consejo de Seguridad, pese a que en los últimos días Damasco permitió la entrega de ayuda en algunas ciudades bloqueadas, sigue sin haber un acceso sin restricciones a toda la población.
Francia y el Reino Unido, los principales defensores de utilizar la vía aérea para entregar asistencia humanitaria, insistieron hoy en que lo visto esta semana es insuficiente y abogaron por iniciar las operaciones por aire cuanto antes.
“Es muy poco y muy tarde”, dijo el embajador británico, Matthew Rycroft, en referencia a los convoyes que desde el miércoles alcanzaron las poblaciones de Daraya y Muadamiya, a las afueras de Damasco.
A lo largo de mayo, la ONU sólo tuvo acceso por carretera a dos zonas sitiadas, con unos 20 mil habitantes, lo que representa únicamente el 3.4% del total de la población sitiada en Siria, que asciende a unos 592 mil 700, dijo hoy el jefe humanitario de la organización, Stephen O’Brien.
Hoy, dando seguimiento a las operaciones del miércoles, nuevos convoyes entraron en Muadamiya para entregar alimentos a 45 mil civiles, pero la ONU está aún pendiente de poder llevar alimentos a Daraya, donde hace dos días sólo pudo suministrar medicinas y otros productos.
“Cuando los trabajadores humanitarios entraron el miércoles en Daraya, por primera vez en cuatro años, se encontraron una situación verdaderamente pésima. La gente tiene necesidades médicas graves y claramente no dispone de suficiente comida”, dijo O’Brien.
De cara al suministro aéreo, el responsable de Naciones Unidas subrayó que es fundamental contar con el consentimiento del Gobierno sirio y todas las garantías de seguridad necesarias.
La ONU ha insistido repetidamente en la complejidad que plantean estas operaciones, entre otras cosas porque en muchos casos se trata de áreas urbanas y habría que utilizar helicópteros, con todos los peligros que ello conlleva.
El embajador sirio ante Naciones Unidas, Bashar Jafaari, no quiso responder claramente si su Gobierno aceptará o rechazará la solicitud de la ONU y subrayó que las autoridades están dando toda la ayuda necesaria a la población.
En ese sentido, Jafaari sugirió que la insistencia de Francia y Reino Unido en el suministro aéreo puede deberse a su supuesto interés en entregar armas a la oposición.
Mientras, Rusia se mostró abierta a la posibilidad de que la ONU se prepare para el suministro aéreo, pero defendió que Siria ha estado facilitando la entrega de más y más ayuda por tierra, que sigue siendo la opción preferida por ser mucho más eficiente y segura.
“El escenario que no queremos ver es que un helicóptero que vuele a un área peligrosa sea derribado por algún grupo de la oposición o terrorista y que luego se acuse de ello al Gobierno sirio y todo explote”, dijo su embajador, Vitaly Churkin.
Hasta ahora, la ONU únicamente ha lanzado ayuda humanitaria desde el aire en la ciudad de Deir al Zur, sitiada por los terroristas del Estado Islámico (EI) y donde las operaciones contaron precisamente con el respaldo de Rusia, aliado del régimen