Sufrir insomnio, dormir más de lo habitual, comer en grandes cantidades, perder el apetito, estar irritable y dejar de hacer lo que antes se disfrutaba, pueden ser síntomas de un duelo no superado, alertó una especialista.
De manera normal, vivir un proceso de este tipo ayuda a que las personas superen una pérdida, ya sea de una persona, de la salud, del bienestar económico, de la juventud, de un ideal o de una pareja, explicó la psicoanalista, Dolores Montilla Bravo.
“El problema son aquellas pérdidas que no están dentro de lo esperado en nuestra vida, como la muerte de un hijo y más aún cuando este falleció en una situación traumática”, dijo la especialista en una entrevista con Notimex.
Es entonces cuando el proceso de duelo se complica y dura más del tiempo en el que debe enfrentarse, que es de alrededor de un año, agregó la directora científica de la Asociación Psicoanalítica Mexicana.
La psicoanalista explicó que el paciente queda atrapado en alguna de las etapas del proceso: la negación, la búsqueda de soluciones mágicas, la aceptación, la tristeza y el nacimiento de algo que permita llenar de forma creativa el vacío causado por esta.
Esta situación puede afectar la salud física, emocional y social de una persona, alertó Montilla Bravo, quien recomendó estar al pendiente de las manifestaciones como cambios de sueño, apetito y convivencia, así como del consumo de sustancias adictivas, sobre todo en los jóvenes.
La psicoanalista explicó que con estas señales se podrá identificar la necesidad de ayuda y de acudir con el especialista para recibir terapia psicológica y, en algunos casos, también farmacológica, para que el duelo pueda superarse en un lapso de seis a 12 meses.
Montilla Bravo indicó que las personas inseguras, con baja autoestima y dependientes suelen hacer apegos muy fuertes, y cuando sufren una pérdida se sienten más vulnerables, lo que los hace más propensos a tener reacciones negativas ante el duelo.
Sin embargo, señaló que es importante tener apegos familiares, personales y ambientales para tener salud física, psicológica y social, así como aprender a no tener apegos materiales.