La cirugía para extraer una granada de asalto incrustada en el rostro de un soldado colombiano es un hecho excepcional y único en el mundo, porque estuvo en riesgo la vida del paciente y de todo el equipo médico del Hospital Militar Central, en esta capital.
El médico jefe de cirugías del Hospital Militar Central, William Sánchez, explicó a la prensa local que el soldado Leandro José Luna llegó el domingo pasado al centro hospitalario procedente del departamento de Arauca, en el suroccidente del país, por vía terrestre, ante la imposibilidad de trasladarlo en avión.
Explicó que el soldado no podía ser trasladado vía aérea por el riesgo que explotara la granada de asalto M40, que tenía incrustada en el rostro. Por esta razón fue movilizado en una ambulancia durante un recorrido de más de ocho horas.
El pasado fin de semana, el soldado estaba patrullando en las inmediaciones del río Tame, Arauca, cuando unos de sus compañeros activó en forma accidental un lanzagranadas MGL, y como consecuencia una granada se le incrustó en el rostro de Luna.
El militar “llegó en estado crítico al hospital y se tomó la decisión de atender con rapidez al paciente. El equipo quirúrgico tenía un riesgo muy elevado”, señaló Sánchez.
Insistió que este es un caso inusual, único a nivel mundial, porque se tuvo que montar todo el dispositivo médico para la cirugía en el estacionamiento a cielo abierto del Hospital Militar Central, con apoyo de expertos en explosivos para tener controlada la granada.
Fue una intervención de altísimo riesgo para el paciente y el equipo médico por el alto poder explosivo que tienen las granadas de asalto, que son utilizadas en la confrontación armada que vive este país desde hace 52 años de guerra.
Después de la exitosa intervención, el soldado se encuentra estable y en recuperación.