Las mujeres tienen casi dos veces más posibilidades que los hombres de presentar ansiedad, se indicó en un estudio internacional dado a conocer por la Universidad de Cambridge.
Además de las mujeres, los jóvenes de menos de 35 años se ven afectados de manera desproporcionada por estos problemas de salud mental, indicó el estudio.
Los desórdenes de ansiedad, que con frecuencia se manifiestan como una preocupación excesiva, temor y una tendencia a evitar situaciones potencialmente estresantes, incluyendo las reuniones sociales, son algunos de los problemas de salud mental más comunes del mundo occidental.
Se han realizado muchos estudios que analizan el número de personas afectadas por desórdenes de ansiedad. En un intento por sintetizar diversos estudios, el equipo encabezado por investigadores de la Universidad de Cambridge realizaron una revisión global de revisiones sistemáticas. De entre más de mil 200 revisiones, los investigadores identificaron 48 que concordaban con sus criterios de inclusión.
El equipo encontró que la proporción general de personas afectadas se mantuvo en gran medida sin cambio. Cerca de cuatro de cada 100 presentaron ansiedad.
La mayor proporción de personas con ansiedad se encuentra en América del Norte en donde cerca de ocho de cada 100 personas son afectadas. La proporción más baja se encontró en el este de Asia, en donde menos de tres de cada 100 personas tienen este problema de salud mental.
Las personas con otras afecciones de salud también tienen muchas más probabilidades de experimentar estos síntomas, señaló el estudio. Por ejemplo, cerca de uno de cada 10 adultos con enfermedad cardiovascular en países occidentales se ven afectados por un desorden de ansiedad generalizado. Las mujeres muestran niveles de ansiedad más altos que los de los hombres.
“Los desórdenes de ansiedad pueden hacer que la vida de algunas personas se vuelva extremadamente difícil y es importante para nuestros servicios de salud comprender cuán comunes son y cuáles son los grupos de personas con más riesgo”, dijo Olivia Remes de la Universidad de Cambridge, una de las autoras del estudio.
Pero el análisis también mostró que los datos sobre algunas poblaciones están incompletos o son de mala calidad. “Aunque muchos grupos han examinado este importante tema aún existen vacíos significativos en la investigación”, dijo Louise Lafortune, investigadora asociada del Instituto de Salud Pública de Cambridge.