Hay una línea divisoria entre una persona dedicada al trabajo, responsable y que le gusta lo que hace; y una persona adicta al trabajo.
El problema es detectarlo a tiempo y, sobre todo, reconocerlo. No es tan fácil como suena, pero aquí tienes algunas señales de que podrías ser una workaholic. Continúa leyendo y, si notas demasiadas coincidencias, creo que es hora de buscar ayuda.
#1 Eres la primera en llegar y la última en salir
Puede ser un hecho del cual sentirse orgullosa, pero trabajar horas extras no significa expresamente que trabajarás mejor. Las pausas, los horarios y los cortes intermedios son importantes y tienen una razón para existir: despejar la mente ¡Úsalos!
#2 No puedes desenchufarte
Es difícil, lo sé. Pero es imprescindible para una buena calidad de vida. Una persona normal estará soñando con estar en la playa mientras trabaja.
Un workaholic en la playa estará pendiente de todo lo que pasa en la oficina, de si estará todo bien o si necesitarán su ayuda ¡No querido!, tranquilo que no eres imprescindible.
#3 Te pierdes los cumpleaños de tus amigos
Una, dos, tres veces. Hasta ahí no hay nada raro, todos tenemos horarios complicados. Pero la cosa se pone tensa cuando ya no sales y no eres capaz de decirle a tu jefe “No, hoy no puedo quedarme más horas. Tengo planes”.
Y cuando escuchas la frase “Nunca te veo” de parte de amigos o familiares, es hora de replantear tu actitud hacia el trabajo. Ni hablar si te lo dice un hijo.
#4 Tu única satisfacción es el éxito en tu lugar de trabajo
Todos tus méritos están relacionados con el ámbito de la oficina y tu autoestima pasa por ahí. Pues quiero contarte que hay un mundo más allá de esas paredes repleto de cosas por las que sentirse orgulloso. Es momento de que las busques.
#5 Hace tiempo que no tienes unas verdaderas vacaciones
¡No, no pongas esa computadora en la valija. No la necesitas. No es bueno para ti! Vacaciones significa no revisar el correo electrónico, no atender llamados de la oficina, ni siquiera pensar en ello. Es tu momento para librarte del estrés. Aprovéchalo.
#6 Jamás tomas un día por enfermedad
Ni aunque estés destrozado por una gripe insoportable, por migraña o contracturas. Nada es lo suficientemente fuerte como para no ir a trabajar. Grave error, trabajar enfermo no ayudará en nada y la recuperación será aún peor.
Estas son solo algunas de las señales que indican adicción al trabajo. Estamos en tiempos de locura y el trabajo se ha vuelto una parte muy importante en la vida de las personas. Pero debemos aprender a poner nuestros propios límites ¿no lo crees?
Espero que no vivas ninguna de estas experiencias. Y, en el caso de que lo hagas, replantea tu situación actual y busca mejorarla. Tu cuerpo, tu alma y todos tus seres queridos te lo agradecerán.