A dos meses de la explosión de la planta Clorados III, los resultados de los análisis del agua y suelo que realizó la agrupación ambientalista Greenpeace de México, arrojaron que existen al menos 59 químicos orgánicos aislados, algunos de alto riesgo para el ambiente y la salud humana, en el agua proveniente de la tubería de descarga del complejo Pajaritos de la firma Petroquímica Mexicana de Vinilo (PMV) operada por Mexichem.
“Pajaritos es una bomba de tóxicos, si esos químicos peligrosos que encontramos provienen de la explosión estamos hablando de que es gravísimo que Pemex y Mexichem hayan expuesto así a la población y al medio ambiente, si esos químicos hallados son productos de descargas cotidianas que realizan estas empresas podríamos decir que están envenenando lentamente a la comunidad, tal y como lo denunciamos por primera vez hace 15 años en el 2001”, aseveró Miguel Soto, coordinador de la campaña de Tóxicos de Greenpeace México.
En una video conferencia en la que se enlazó al responsable de los 10 muestreos realizados en Coatzacoalcos, tanto al suelo, río, arroyo, y a una descarga, Miguel Rivas, explicó que se encontraron resultados alarmantes de presencia de tóxicos del agua proveniente de Pajaritos, como son: etenos clorados, etanos clorados, metanos clorados, venenos clorados, tetracloroetanos, dicloroetanos, así como una amplia gama de químicos orgánicos semivolátiles.
Y el químico más predominante es el dicloruro de etileno, sustancia catalogada como posible cancerígeno por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y los servicios de salud de Estados Unidos, que incluso superan de 10 a 28 veces los límites que establece EU respecto a las aguas residuales que vierte el sector de los plásticos.
Estas sustancias tóxicas afectan el sistema nervioso central, hígado, riñones, pulmones y el sistema cardiovascular en los seres humanos.
El mismo dicloruro destila tóxicos clorados, que son llamados residuos pesados y se encuentran contaminados con policlorados, dioxinas, y furanos.
NIEGAN INFORMACIÓN
Tras la explosión, Greenpeace México presentó diversas solicitudes de información dirigidas Petróleos Mexicanos, Semarnat, Cofepris, y la Profepa, preguntando si habían tomado muestras representativas del agua, aire y suelo en la zona siniestrada posterior al hecho.
Si lo hicieron se les solicitaron los reportes de las muestras, el plan de monitoreo dentro y fuera de las instalaciones donde se suscitó la explosión.
Pemex dijo no contar con la información al tipo de sustancias que opera en el complejo. Semarnat dijo que no era de su competencia, mientras que Profepa y Cofepris solicitaron prórroga para responder.
“Estamos ante varios hechos alarmantes: alta presencia de químicos, falta de transparencia en la información sobre el uso de sustancias tóxicas y la ausencia de una regulación en el uso y manejo de químicos adecuada que minimice el riesgo de más explosiones con víctimas mortales y con serias afectaciones al ambiente, es ridículo que la autoridades digan desconocer la información”, mencionó Miguel Soto, coordinador de la campaña de Tóxicos de Greenpeace México.
EXIGEN ACCIONES
En corto plazo, Greenpeace México demandó sanciones ejemplares contra la Pemex y Mexichem por las lamentables pérdidas humanas y el grave daño a la comunidad.
Exigieron al gobierno federal y a Petroquímica Mexicana de Vinilo dar a conocer el plan de remediación y estudios pertinentes para conocer que sucedió y qué impacto tendrá en el entorno y como se reparará el daño a las víctimas.
Que el gobierno mexicano establezca una legislación robusta y equiparable al nivel de Estados Unidos, Canadá y Europa para el uso y manejo de las sustancias químicas.