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EFE

Los estudiantes chilenos salieron hoy a las calles, pese a no estar autorizados, en rechazo a la reforma del sistema educativo que impulsa el Gobierno y para exigir la renuncia de la ministra de Educación, marcha que derivó en una serie de choques con la Policía.

“No puede ser que la ministra no tenga claridad en cómo se va a financiar esta reforma. Ella no entendió las demandas del movimiento estudiantil, lo único que ha hecho ha sido consensuar con los empresarios”, señaló a los periodistas el dirigente de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Diego Arraño.

“La reforma a la educación superior es la gota que rebasó el vaso”, subrayó.

La protesta, convocada por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), se inició temprano este martes en distintos puntos de la capital chilena y se replicó además en otras ciudades como Valparaíso, Temuco, Valdivia y Concepción.

En los enfrentamientos entre estudiantes y las Fuerzas Especiales de Carabineros fue detenido de manera violenta un camarógrafo de la red pública de televisión (TVN).

El último balance entregado por Carabineros reporta 140 detenidos en distintos sectores de la capital chilena, cerca del Ministerio de Educación.

Entre los detenidos, hay 82 hombres y 18 mujeres adultos y 40 menores de edad.

La manifestación de enmarcó en el ingreso al Parlamento del proyecto de reforma a la educación superior, cuyo trámite legislativo comenzó hoy en la Cámara de Diputados, en medio de una lluvia de comentarios críticos de los propios estudiantes, rectores universitarios y sectores políticos.

Los estudiantes denunciaron represión por parte de la Policía y aseguraron que las provocaciones y ataques comenzaron incluso antes de que se iniciara la movilización.

“En Chile, el Gobierno está impulsando una reforma que consolida el negocio de la educación a costas de la educación pública como derecho”, señaló la Confech a través de sus redes sociales.

La confederación calificó de “irrisoria” la desigualdad que existe en Chile, “donde una carrera universitaria puede costar hasta 7.500 dólares anuales”.

El proyecto, según los estudiantes, mantiene una lógica de mercado y deja la puerta entreabierta al lucro en la educación universitaria, además de incumplir la promesa de gratuidad universal comprometida por el Gobierno.

“La presidenta (Michelle Bachelet) dice que se va a demorar 23 años en financiar la gratuidad de la educación, eso no es aceptable”, sentenció el vocero de la Confech, Gabriel Iturra, a los periodistas.

La gratuidad en la educación superior universitaria fue una de las principales demandas de los estudiantes que desde 2011 se lanzaron a las calles para reclamar su derecho a estudiar sin estar condicionados por su capacidad económica.

La iniciativa fue incluida en el programa electoral del segundo mandato de Bachelet y se estableció que el 70 % de los estudiantes más pobres podría acceder de forma gratuita a la universidad, sin embargo, tras la brusca desaceleración económica que golpeó al país este año, el Gobierno recortó la cuota de forma considerable.

Desde el pasado 21 de mayo, el Ejecutivo modificó en más de cinco ocasiones las propuestas de gratuidad, lo que desconcertó a la comunidad estudiantil y empujó a miles de personas a marchar de nuevo por las calles de las principales ciudades del país.

Este mismo martes, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, aseguró que no habrá una nueva reforma tributaria para financiar la gratuidad universal en las universidades.