Estados Unidos dejará una fuerza militar de ocho mil 400 soldados en Afganistán para misiones de entrenamiento y apoyo, para finales de este año, bajo un ajuste en los planes originales, anunció hoy el presidente Barack Obama.
Como resultado de este cambio, el número de soldados que serán retirados en los próximos meses de Afganistán será de mil 400 y no cuatro mil 300 como fue programado en un inicio, y con lo que se planeaba reducir a cinco mil 500 el tamaño de esta presencia militar.
Obama explicó, al hacer el anuncio en la Casa Blanca, que el cambio de planes se debe a las recomendaciones del jefe del Comando Militar Conjunto, almirante Martin Dempsey; del secretario de Defensa, Ash Carter; así como consultas con su equipo de seguridad nacional, el gobierno afgano y el Congreso.
“La reducida misión asignada a nuestras fuerzas no cambiará. Su enfoque continuará siendo apoyar a las fuerzas afganas e ir detrás de terroristas”, aseguró el mandatario a periodistas, acompañado por Dempsey y Carter.
El presidente explicó que este nivel de fuerzas permitirá mantener un óptimo apoyo a las fuerzas afganas, que ahora son responsables de la seguridad de su territorio y que han logrado significativos avances desde 2014, cuando se anunció el fin de las operaciones de combate.
Reconoció, empero que la situación de seguridad en Afganistán se mantiene frágil, “y al mismo tiempo el Talibán continúa siendo una amenaza”, como lo demuestra el hecho de han ganado terreno en algunos casos y pueden todavía llevar a cabo ataques terroristas.
El nivel de fuerzas que quedarán al final de la administración de Obama representará una fracción de las 100 mil que Estados Unidos llegó a desplegar, tras la invasión en octubre de 2001 después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de ese año.
Obama, quien mañana viajará a Bruselas, Bélgica, para participar en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), dijo que el encuentro será una oportunidad para que más aliados y socios reafirmen su contribución a la fuerza multinacional que se mantiene en el territorio afgano. “Estoy confiado de que así será”, manifestó.
El mandatario comentó que su decisión dejará a su sucesor en una mejor posición para tomar determinaciones futuras sobre la presencia de tropas estadunidense.
Recordó que en enero de 2017, el próximo presidente estadunidense asumirá una de las más solemnes responsabilidades como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, y responsable de la seguridad de Estados Unidos y de los estadunidenses.
“La decisión que estoy tomando hoy asegura que mi sucesor tenga una sólida base para continuar el progreso en Afganistán, así como la flexibilidad para responder a la amenaza del terrorismo, conforme evoluciona”, expuso.