La preocupación por el déficit de cuenta corriente, las finanzas públicas y el deterioro de las condiciones externas llevaron a la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) a elevar de forma unánime la tasa de referencia el pasado 30 de junio y sus cinco integrantes coincidieron en seguir ajustando la política monetaria del país si detectan riesgos para la inflación.
“Hacia adelante, la Junta de Gobierno seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazo, en especial del tipo de cambio y su posible traspaso a los precios al consumidor. Se mantendrá vigilante de la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos y del comportamiento del déficit de la cuenta corriente, con el fin de estar en posibilidad de continuar tomando las medidas necesarias para consolidar la convergencia eficiente de la inflación al objetivo de 3 por ciento”, expuso la minuta publicada este jueves por la entidad.
El mes pasado, la Junta de Gobierno decidió por unanimidad incrementar en 50 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día, a un nivel de 4.25 por ciento, a fin de evitar que la depreciación de la moneda nacional observada durante los últimos meses y los ajustes de algunos precios relativos, se traduzcan en un desanclaje de las expectativas de inflación en el país.
El Banco de México informó que el aumento en la tasa responde “exclusivamente” a la intención de procurar la estabilidad del poder adquisitivo del peso, que en lo que va del año se ha depreciado más de un 6 por ciento.
De acuerdo con la minuta, tanto la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea como la cercanía de las elecciones presidenciales en Estados Unidos podrían acentuar la volatilidad de los mercados internacionales.
Respecto al aumento en el déficit, la Junta de Gobierno explicó que pudiera propiciar presiones adicionales sobre el tipo de cambio, y esto, a su vez, podría afectar el proceso de formación de precios en la economía.
El déficit de cuenta corriente ha pasado de 1.4 por ciento como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) a finales de 2012 a 2.7 por ciento al primer trimestre de 2016.
La Junta de Gobierno advirtió de un riesgo en el aumento del déficit de cuenta corriente, ya que la estructura del financiamiento es “endeble”, debido a que depende, en cierta medida, de flujos de capital a corto plazo, en un contexto de políticas monetarias acomodaticias en las economías avanzadas y de continuos episodios de mayor aversión al riesgo que pudieran afectar los flujos hacia las economías emergentes.
Banxico expuso que después del relativamente elevado crecimiento que presentó la economía de México en el primer trimestre de 2016, a principios del segundo trimestre esta registró señales de un menor dinamismo. En particular, en abril de este año se acentuó la atonía de la producción industrial, a la vez que los servicios exhibieron una desaceleración, lo cual se vio manifestado en el comportamiento negativo del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) en ese mes.
En el tema de las finanzas públicas, la entidad monetaria destacó que la incertidumbre externa y el desempeño durante los últimos años de los requerimientos financieros del sector público, serían deseables acciones adicionales de consolidación, tal como procurar un superávit primario a partir de 2017 a 2.7 por ciento.