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Notimex

Rebeldes sirios decapitaron a un niño de 12 años tras capturarlo en la norteña ciudad de Alepo y acusarlo de pertenecer a las brigadas Al Quds, un grupo palestino que combate junto al régimen sirio, según muestran dos videos.

 

En el primer video, difundido en redes sociales, el pequeño -hijo de una familia de refugiados palestinos- aparece sentado en lo que parece la parte trasera de una furgoneta de tipo pick up, rodeado de cinco combatientes.

 

Ante la cámara, los combatientes sostienen que el niño, identificado como Abdullah Issa, de 12 años de edad, forma parte de la Brigada Al Quds, una milicia integrada por refugiados palestinos y que combate junto al régimen del presidente Bashar al Assad.

 

“Este es un prisionero de la Brigada Al Quds. No tienen hombres, así que nos mandan niños”, dice uno de los milicianos.

 

En el segundo video se observa a uno de los presuntos insurgentes degollando con un cuchillo al menor, que está tumbado boca bajo en la parte trasera de la furgoneta.

 

Otro combatiente grita: “No dejaremos a nadie en Handarat”, localidad situada al norte de Alepo donde se enfrentan los rebeldes y las fuerzas del régimen sirio, según la cadena árabe Al Arabiya.

 

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) reportó que el niño fue capturado en el campo de refugiados palestinos de Handarat y decapitado en el barrio de Al Mashhad, controlado por los rebeldes, sin precisar la fecha del asesinato.

 

Según el OSDH, los rebeldes que aparecen en la grabación de la decapitación del menor son combatientes del Movimiento Nuredin al Zinki, liderado por el jeque Taufiq Shahabudin y que actúa en la provincia de Alepo.

 

En un comunicado, la Brigada Al Quds desmintió que el niño fuera un combatiente y explicó que se trata del hijo de una familia palestina muy pobre que vivía en un barrio que ha pasado a ser controlado por los rebeldes.

 

Habitantes de la ciudad de Alepo y el principal grupo de la oposición siria expresaron este miércoles su indignación por la decapitación del niño palestino y calificaron el hecho como un “acto de odio”.

 

Este crimen se conoce apenas unas horas después de que al menos 60 civiles, entre ellos numerosos niños, murieron en un bombardeo llevado a cabo por aviones de la coalición internacional en una aldea al norte de Manbij, una localidad controlada por el Estado Islámico (EI).