El alejamiento del Reino Unido de la Unión Europea no va a ser fácil porque no hay precedente ni tampoco se hizo una planificación antes del histórico resultado del referéndum.
Ya pasó un poco más de un mes, y esto es lo que sabemos (y lo que aún nos resta conocer) sobre las cuestiones clave que enfrentan inversores y ejecutivos mientras las autoridades definen exactamente lo que significará el Brexit.
La primera ministra Theresa May debe decidir cuándo activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia el proceso de dos años de conversaciones.
Aunque algunos políticos locales y líderes extranjeros ven la necesidad de acelerar el tema, May dice que no va a apretar el gatillo hasta fin de año.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha aprobado la demora, si bien rechazó la posibilidad de conversaciones preliminares “formales o informales”.
Existen ciertas dudas sobre si la primera ministra tiene la facultad de iniciar el proceso o si necesita el consentimiento parlamentario. Si May accede al voto de los parlamentarios, corre el riesgo de que algunos se opongan a la separación o introduzcan enmiendas que tensionen las negociaciones.
Los abogados del Gobierno dicen que es decisión de la primera ministra, pero el juez Brian Leveson señaló la semana pasada que una acción legal que le exija que consulte al Parlamento será tomada “muy en serio” y puede llegar a la Corte Suprema para diciembre.
¿QUÉ ES EL RÉGIMEN POST-UE?
Hay más modelos que en una exposición de autos, pero ninguno satisface perfectamente las necesidades de ambos lados, de modo que es probable que se elabore un nuevo acuerdo. Estas podrían ser algunas de las opciones.
Lo que se sabe es que la aspiración de la campaña a favor del Brexit en cuanto a acceso completo al mercado único de la UE y restricción de la libertad de movimiento de la mano de obra no sería aceptada ni por Merkel ni por el presidente francés François Hollande.
La idea del Área Económica Europea comienza a captar atención.
Rupert Harrison, exasesor del Tesoro del Reino Unido y hoy estratega de BlackRock, la denomina “AEE menos”. Esto significaría que el Reino Unido tendría “un poco más de control de la inmigración y un poco menos de mercado único”.
Uno de los desafíos será forjar una relación futura y romper la relación actual.
El Reino Unido no puede hacer acuerdos comerciales formales con otros países hasta que se haya completado su separación de la UE, y para establecer nuevos vínculos hará falta la aprobación de más organismos que para la ruptura original.
Así, se necesitará algún tipo de acuerdo provisional para cubrir el período de transición.
El llamado pasaporte bancario que permite a los prestamistas con sede en el Reino Unido brindar servicios y recaudar fondos en el resto de la UE es un tema crucial para la City de Londres.
Ejecutivos de JPMorgan y UBS Group han advertido que de no mantenerse el statu quo, se verían obligados a recortar puestos de trabajo en Gran Bretaña.
Deutsche Bank se muestra aún más preocupado, como lo refleja un documento interno de Business Insider que dice que estima perder el pasaporte y que ve una “ventaja del primero en actuar” en aquellas instituciones que reaccionen frente a la amenaza antes que el resto del sector.
Philip Hammond, ministro de Finanzas, declaró la semana pasada que proteger el derecho del pasaporte “será una parte muy importante” dentro de las negociaciones.
Una vez que el Reino Unido abandone la UE, necesitará forjar sus propias relaciones con una serie de países con los cuales hoy comercia como miembro de la UE.
El secretario de Comercio, Liam Fox, está “estudiando” una docena de acuerdos, dijo al Sunday Times, y el ministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, manifestó que “podemos empezar a apuntar algunos de ellos”.
El zar del Brexit, David Davis, señaló que cabe la posibilidad de tener una zona de libre comercio “probablemente diez veces más grande” que la UE, si bien los escépticos argumentan que la zona comercial que Davis imagina es más grande que toda la economía mundial.
Australia ofreció sellar un acuerdo ‘lo antes posible’, pero la declaración de Fox en cuanto a las conversaciones “muy fructíferas” con Canadá no prosperó cuando su enviado comercial afirmó que su prioridad seguía siendo llegar a un acuerdo con la UE.
Uno de los problemas es que el Reino Unido no negocia por sí solo un acuerdo comercial desde comienzos de la década de 1970 y, por ende, carece de funcionarios calificados en la materia.
Está en marcha una búsqueda de abogados, banqueros y consultores de gestión que puedan ayudar, pero tienen su precio.
Las firmas de compensaciones median entre compradores y vendedores, y tienen garantía de ambas partes en caso de impago de un miembro.
El papel de Londres en el mercado de derivados de 493 billones de dólares adquirió relevancia el año pasado cuando el Reino Unido ganó un juicio por el cual logró eludir la oferta del Banco Central Europeo de llevar las compensaciones denominadas en euros a la zona de la moneda única.
El Brexit dará un renovado impulso a los centros financieros de Europa.
El presidente francés, François Hollande, argumentó que los Estados miembros de la UE deben prepararse para recuperarlas.
Las autoridades alemanas replicaron que París está soñando si piensa que puede superar a Fráncfort, sede del BCE y de las operaciones del Eurex, la bolsa alemana de futuros.
May afirma que desea garantizar los derechos de los ciudadanos de la UE que viven en el Reino Unido, siempre que reciba las mismas garantías por parte de Europa respecto de los británicos que viven en el continente. Esto podría llevar un tiempo debido a la falta de conversaciones formales.
Davis dijo a Sky News la semana pasada que quería llegar a un “arreglo generoso” para los ciudadanos europeos que ya viven en el país.
Agregó que se podría imponer un plazo límite para otorgar el derecho de permanecer a los nuevos arribos. Hollande declaró la semana pasada que los británicos podrán “pasar todo el tiempo que deseen“ en Francia.
¿QUÉ SIGNIFICA EL BREXIT PARA LA PROTECCIÓN DE INFORMACIÓN?
Los reguladores de la UE aprobaron dos importantes leyes de privacidad en los últimos meses que obligarán al Reino Unido a garantizar los mismos estándares más elevados o arriesgarse a ser un obstáculo para las empresas.
En julio entró en vigor una nueva herramienta de transferencia de datos transatlántica bajo la cual las empresas multinacionales pueden mandar información personal de Europa a Estados Unidos.
El Reino Unido posiblemente deba negociar su propio acuerdo con Estados Unidos para mantener el flujo de información lo más libre y seguro posible con respecto a Europa.
También es probable que deba hacer concordar sus normas de protección de información con una ley de privacidad mucho más estricta de la UE que se aplicará en 2018 en toda la Unión Europea.
La ley, acordada en diciembre, conferirá a los órganos de control de datos de la UE por primera vez la facultad de imponer multas a empresas desde bancos hasta gigantes estadounidenses de la tecnología por violaciones a la privacidad de un cuatro por ciento de sus ventas anuales mundiales.