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EFE

Cuando se fundó Yahoo, Google y Facebook ni siquiera estaban en camino. Internet era tan joven en 1994 que las webs existentes podían ordenarse por temas como en una lista telefónica.

Y es lo que hicieron precisamente los estudiantes de la universidad de Stanford Jerry Yang y David Filo con su “Jerry and David’s Guide to the World Wide Web”, una especie de directorio de las páginas webs que existían entonces.

Poco después, cambiaron el nombre a Yahoo, una abreviatura de “Yet Another Hierarchically Organized Oracle”, algo así como “otro oráculo jerárquico organizado”. La idea tuvo éxito y Yahoo se convirtió para muchos usuarios en la página de inicio en su acceso a la red.

Pero rápidamente la web se hizo demasiado grande como para soportar ese tipo de catalogación. Y con ello llegó la hora de buscadores como Google, que registraba los contenidos y los organizaba según un algoritmo.

Yahoo intentó también entrar en este negocio, como muchos otros, pero no pudo competir con Google. Fue sin embargo Yang quien recomendó a los fundadores de Google Larry Page y Sergey Brin crear su propia empresa en lugar de seguir intentando vender, como estaban haciendo, su fórmula de búsqueda por un millón de dólares a las entonces grandes firmas como Excite.

Fue ese uno de los muchos momentos en los que los jefes de Yahoo pudieron cambiar la historia de Internet. Años después, el ex líder de Yahooo Terry Semel intentó comprar Google por 3.000 millones de dólares, pero los fundadores, ya más maduros, le dieron calabazas.

Semel, que procedía del negocio de Hollywood y que tenía la misión de estabilizar Yahoo tras la explosión de la burbuja bursátil del negocio de Internet con el cambio de siglo, ofreció también en 2006 a un joven de poco más de 20 años 1.000 millones de dólares por su emergente red online.

Pero Mark Zuckerberg convenció a sus inversores de que Facebook con él al frente podría lograr mucho más: hoy la firma está valorada en unos 350.000 millones de dólares y la matriz de Google Alphabet en más de 500.000 y Yahoo no llega a los 5.000 millones.

Y es que aunque la pionera de Internet siga teniendo cientos de millones de usuarios de su servicios de email o noticias, ha quedado muy por detrás de Google o Facebook en el negocio de la publicidad online.

La pregunta de “¿Qué es Yahoo?” es algo que han intentado responder un jefe tras otro que se han cambiado a un ritmo vertiginoso en la firma. Yang, que sustituyó a Semel en 2007 al frente de la empresa, recuerda que rechazó una oferta de compra de Microsoft por unos 45.000 millones de dólares.

Su sucesora fue Carol Bartz, muy respetada en el especialista en software Autodesk, no logró sus objetivos en Yahoo. La siguió Scott Thompson, que en pocos meses también se había ido, después de que un inversor se diera cuenta de que había falsificado su curriculum.

Entonces llegó Marissa Mayer hace cuatro años, que parecía tener un plan para Yahoo: atraer a más usuarios con una oferta mediática de mayor nivel, que a su vez hiciera crecer el negocio de la publicidad.

Para ello creó New-Portale y comprometió a rostros conocidos como la moderadora de televisión Katie Couric e incluso vinculó a la red la serie de comedia “Community”.

Además invirtió en la vuelta al negocio de la búsqueda online, ya que bajo sus predecesores Yahoo había dañado su propio algoritmo y externalizado esa función a Microsoft.

Y también compró la plataforma de blog Tumblr por 1.000 millones de dólares, para atraer a usuarios jóvenes.

Pero las cuentas de Mayer no salieron: la publicidad online siguió escapando sobre todo hacia Google y Facebook y el negocio mediático se frenó. Sólo en los contenidos de TV se acumularon costes de más de 40 millones de dólares.

Tumblr tampoco avanzó y perdió en torno a dos terceras partes de su precio de compra fueron víctimas de fondos de amortizaciones.

Pero si la directora ejecutiva de 40 años fuera despedida tras la adquisición, tendrían que indemnizarla con unos 55 millones de dólares. A la indemnización por despido de tres millones en metálico hay que sumar su paquete de acciones.

Mayer dijo hoy en Tumblr que quiere quedarse, aunque aún está por ver si los nuevos jefes la querrán en su equipo.

La pregunta es ahora hacia dónde podrán Verizon y su filial AOL dirigir ahora a Yahoo. “Habrá una dura integración”, escribió el blog de tecnología “Recode”, que tiene buenos vínculos con Yahoo.

Tras el recorte de puestos de trabajo impulsado por Mayer, el pionero de Internet tiene aún 8.800 empleados. AOL tiene sin embargo ya su propio pequeño imperio mediático online con medios que van de “Huffington Post” al blog de tecnología “TechCrunch” o “Engadget”.