Un 20 por ciento de los rastros en el estado son de alto riesgo debido a que no cuentan con la infraestructura necesaria, señaló Antonio Hernández Arellano, responsable del proyecto de rastros de la Secretaría de Salud.
Entrevistado durante la capacitación “Normatividad Sanitaria, Evaluación y Manejo de Riesgos en Rastros y Mataderos Municipales”, actividad en la que se contó con la asistencia de personal de los rastros de Orizaba, Córdoba y Río Blanco, así como algunos introductores y tablajeros, además de personal de la Secretaría de Salud, precisó que el mapa de riesgo en esta materia considera cinco categorías, que son de muy alto, alto, mediano, bajo y muy bajo riesgo.
“En el estado hay 106 rastros reconocidos, 80 por ciento de los cuales son considerados de media riesgo y el resto de alto riesgo. No hay de muy alto riesgo”, puntualizó.
Respecto a las principales carencias que presentan estos centros de matanza para entrar en esas categorías, indicó que lo principal es que no cuentan con el equipo adecuado para realizar la matanza.
Comentó que algunos de estos lugares tienen el espacio adecuado, incluso el médico veterinario para realizar la revisión a los animales y ver que su estado de salud sea óptimo, pero carecen de cámara fría o la herrería adecuada, a veces hasta de mesas de acero inoxidable.
Agregó que un punto en donde generalmente se tienen problemas es en lo referente a lo administrativo, pues a los médicos veterinarios se les complica el llenado de los formatos, ya que al mismo tiempo deben supervisar el sacrificio.
No obstante, indicó que a pesar de estas complicaciones, en general los rastros en el estado se encuentran en proceso de ingeniería.
Luego de que este martes toda la actividad sería en el salón Independencia del palacio municipal, para este miércoles se realizará un recorrido en el rastro de Orizaba, a fin de observar el funcionamiento.