Las fiestas de Santa Ana cerraron con la tradicional ceremonia religiosa en honor a la virgen y el paseo de la imagen por el río Jamapa, pero también con la carrera de meseros y el concurso de comelones.
El último día de la celebración boqueña estuvo lleno de la algarbía de los locales, quienes demostraron sus habilidades en el oficio restauranteros y a su vez dejaron constancia de la voracidad con que pueden comerse dos hambuerguesas en tiempo límite.
A las 10 de la mañana arrancó la carrera de meseros, la cual coronó a Josefat Cazarín Mora, quien logró llegar antes que sus contricantes sin que cayeran los 5 vasos que fueron puestos en la charola.
El segundo puesto fue para Gustavo González Remigio y el tercer lugar quedó para Juan Gabriel Hernández Pulido; los tres son meseros de restaurantes ubicados en el centro de la ciudad.
Posteriormente se sirvió la mesa para que una decena de boqueños compitieran por el mote del “más tragón” de la ciudad. La plaza Banderas fue testigo de cómo Luis Prado Sánchez logró comerse dos hamburguesas antes que nadie para ganar mil pesos.
El muchacho fue flanqueado por Juan Carlos Molina en segundo lugar y por Jorge Manuel Díaz Mirón en tercer puesto, quienes obtuvieron 800 y 500 pesos, respectivamente.
En la rama femenil la más comelona fue Maritza Córdoba Molina, quien tras acabarse las hamburguesas, estuvo a punto de vomitar por el exceso de grasas que había ingerido.
Acabados los concursos de la gente, las fiestas concluyeron la misa celebrada por el párroco de la iglesia de Santa Ana, Cecilio Vargas.
Con la presencia del alcalde Miguel Ángel Yunes Márquez y de los funcionarios municipales, inició la peregrinación desde el recinto religioso hasta el muelle localizado en los bajos de los puentes.
Allí los pescadores recibieron la imagen de la virgen y la pasearon por las aguas del río, con el único objetivo de que la ofrenda sirva para mantener una buena pesca en los siguientes meses.