El jefe del Ejecutivo español en funciones, Mariano Rajoy (conservador PP), aceptó hoy el encargo de Felipe VI de formar un nuevo Gobierno en España, aunque rehusó dar garantías de que se someterá a investidura si no cuenta con el apoyo del resto de partidos, que hoy avanzaron que votarían en su contra.
España lleva siete meses sin Gobierno y tuvo que repetir la convocatorias de elecciones el pasado 26 de julio ante la imposibilidad de los partidos de alcanzar un acuerdo de Gobierno.
La nueva cita electoral revalidó la victoria del PP aunque de nuevo sin mayoría (137 diputados), seguido del socialista PSOE (85), la coalición de formaciones de izquierda Unidos Podemos (71) y los liberales Ciudadanos (32).
Rajoy, que cerró hoy la ronda de consultas de Felipe VI para proponer un candidato, aceptó el encargo del monarca pero rehusó garantizar que se someterá a investidura en el Congreso si no cuenta con el apoyo o la abstención de alguno de estos partidos que le garanticen su elección.
Los líderes de los principales partidos políticos españoles aseguraron hoy que votarán “no” a una posible investidura de Rajoy para renovar su mandato, aunque los liberales le garantizaron la abstención en segunda ronda de votaciones.
Rajoy abrirá mañana una ronda de negociación con todos los partidos españoles con representación en el Congreso, en los que empleará “todos los esfuerzos posibles”, y de los que informará al monarca “en un tiempo “razonable”.
El aspirante a la reelección apeló a la responsabilidad del resto de líderes para desbloquear la situación, ya que es una cuestión de “voluntad política”, y España necesita un Gobierno “cuanto antes” que evite “unas terceras elecciones”, argumentó el candidato conservador.
Rajoy encara las negociaciones con el objetivo de alcanzar un acuerdo de Gobierno basado en “puntos de encuentro”, como la unidad frente al desafió soberanista iniciado por el Parlamento regional de Cataluña, la lucha contra el terrorismo yihadista o la recuperación económica.
Buscará la formación de un gobierno “moderado, estable y con apoyo parlamentario claro”, pero también aseguró se abrió a la opción de buscar “un gobierno en minoría”.
El líder de la oposición, el socialista Pedro Sánchez, comunicó hoy al rey Felipe VI que votará “no” a Rajoy y que tampoco se abstendrá, ya que su partido “no va a apoyar aquello que quiere cambiar”, en alusión al Gobierno de centroderecha.
De similar modo se mostraron el candidato de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, y el de Ciudadanos, Albert Rivera, aunque este último sí se mostró proclive a la abstención en segunda vuelta y le pidió a los socialistas un voto similar.
La presidenta del Congreso español, Ana Pastor, anunció hoy que concederá “un tiempo” al líder del PP, Mariano Rajoy, para que intente buscar los apoyos para su investidura.
Para ser elegido presidente del Gobierno, Rajoy necesita tener mayoría absoluta en una primera votación de su sesión de investidura (176 votos) o mayoría simple en la segunda (más síes que noes).
Si el candidato propuesto no supera ninguna de las dos votaciones de su sesión de investidura, se podrán presentar otros candidatos o repetir el mismo durante un periodo de tres meses.
Tras este plazo, si no es elegido ningún candidato, se disolvería automáticamente el Parlamento y se convocarían nuevas elecciones, las terceras en menos de un año.
La aceptación de Rajoy abre una posibilidad para desbloquear la formación de Gobierno en España, pero la falta de garantías de que se someterá a investidura mantiene la incertidumbre sobre la situación política y el tiempo que se prolongará el Gobierno en funciones, que acumula más de siete meses en situación de interinidad.