Lugar:
Fuente:
Excélsior

El 5 de agosto de 1926, el legendario mago Harry Houdini realizó su última y más famosa hazaña escapando de un cofre sumergido en un tanque de agua, luego de pasar 91 minutos dentro de él.

Éste decidió realizar la hazaña porque se sintió desafiado por su colega escapista Rahman Bey, quien en julio de 1926 se encerró en una caja metálica bajo el agua en el Dalton Hotel de Nueva York por una hora, estableciendo el mayor récord para un acto de esta naturaleza.

Debido a que Houdini amaba la competencia, se propuso superar el acto de Bey y en un día como hoy, de hace 90 años, logró romper el récord de Rahman por alrededor de 30 minutos. Salió del ataúd mortalmente pálido y escribió que estuvo muy cerca de perder la conciencia mientras estaba encerrado.

El verdadero nombre del ilusionista y escapista húngaro Houdini, fue Erik Weisz, quien nació el 24 de marzo de 1874 en Budapest. Su familia judía emigró a Estados Unidos, donde se nacionalizaría poco después, cuando sólo tenía cuatro años. Vivieron en Appleton, Wisconsin y posteriormente se mudarían a Nueva York. El pequeño Erick no tuvo una infancia fácil ni una educación formal, aunado a que las dificultades eran algo habitual en la familia. Hay quien dice que a los 11 años trabajó como aprendiz de cerrajero y se sabe que pasó por algún circo como contorsionista, además de ser mensajero y actuar en uno que otro número de los circos o ferias populares.

De niño siempre le gustó participar como trapecista. A los 26 años comenzó a hacerse de un nombre en los escenarios, debido a sus espectáculos de magia, aunque su vida iba en juego en gran parte de sus trucos. Con los años e inspirado por el gran mago Robert Houdin, Erik decidió crearse un nombre artístico y se hizo famoso con el nombbre de Harry Houdini.Una de las habilidades más características era el escapismo, que básicamente consiste en liberarse de cuerdas, camisas de fuerza y encierros sin la ayuda de ninguna herramienta al grado que llegó a considerarse el mejor escapista de la historia.

Tras un viaje de cuatro años por Europa, cosechando grandes éxitos y aumentando así su propia leyenda (también se dijo que pudo haber aprovechado para hacer de espía enterándose de secretos rusos y alemanes). De esa época le viene el sobrenombre de Rey de las Esposas, que utilizaría durante largo tiempo.

Lo que solía hacer era presentarse en una ciudad ante el jefe de la policía local, o en la prisión, junto a un grupo de periodistas. Proponía su reto, que era publicado en los diarios y comentado en la ciudad. Luego era encerrado o encadenado, de forma que cuando conseguía liberarse ganaba más promoción en la prensa.

Hasta el límite

Como forma de preparación para enfrentar sus desafíos, el escapista entrenaba hasta el límite. En sus biografías se cuenta que cada día se sumergía en una bañera de agua llena de bloques de hielo.

Con la práctica llegó a ser capaz de permanecer hasta tres minutos sin respirar. Eso le permitiría enfrentarse a muchos de los retos mejor preparado que cualquier persona e incluso que algunos atletas. En general no se considera que esas hazañas sean trucos como tales, sino simplemente el resultado de una fuerza física, habilidad y técnica.

El misterio de su muerte

El escapista falleció el 31 de octubre de 1926 y la causa de su deceso es uno de los grandes enigmas hasta nuestros días.