El candidato republicano a la casa Blanca, Donald Trump, afirmó hoy que los amantes del derecho a portar armas tienen en sus manos detener a su rival demócrata, Hillary Clinton, comentario que generó polémica al ser interpretado como un llamamiento a la violencia contra su adversaria.
“Hillary quiere esencialmente abolir la Segunda Enmienda (de la Constitución, que defiende el derecho a portar armas). Por cierto, si consigue elegir jueces no va a haber nada que podamos hacer, aunque para la gente de (que defiende) la Segunda Enmienda quizá sí que hay algo (que pueden hacer). No lo sé”, afirmó.
Estas declaraciones, realizadas durante un mitin en Carolina del Norte, han sido interpretadas como una alusión velada al uso de la violencia por parte de aquellos que tienen armas para parar a Clinton.
El director de campaña de Clinton, Robby Mook, reaccionó inmediatamente en un comunicado para asegurar que “lo que dice Trump es peligroso. Una persona que busca ser presidente de los Estados Unidos no puede sugerir violencia de ninguna manera”.
La campaña de Trump respondió con otro comunicado titulado “Sobre la prensa deshonesta”, en el que el asesor de comunicación de la campaña Jason Miller subrayó el “increíble espíritu” y unidad que muestran los defensores de la Segunda Enmienda, lo que “les da un gran poder político”.
“Y este año, votarán en números récord y no será por Hillary Clinton, será por Donald Trump”, añadió Miller, quien no hizo un desmentido categórico de las opiniones que consideran que en su declaración el magnate alentaba a la violencia.
Esta no es la primera vez que el magnate hace insinuaciones indirectas sobre sus rivales, que raramente rectifica y que apelan a sentimientos bien asentados en algunas de las facciones más conservadoras de las que se nutre el candidato republicano.