El pesista norcoreano Om Yun Chol sorprendió en los Juegos Olímpicos de Río 2016 al romper en llanto y pedir perdón por no haber logrado la medalla de oro en la categoría de 56 kilos, como lo hizo en los pasados olímpicos de Londres 2012, y solo llevar de vuelta la plata lo que señaló como una deshonra.
El atleta que cautivó a multitdudes hace cuatro años con su actitud sonriente, su conducta juvenil y su victoria, y acabó tremendamente dolido, de tal forma que pidió perdón a Kim Jong-Il desde el más allá, según reportó el diario Daily Mail.
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“Kim Jong-Il siempre será inspiración y siento no haber sido capaz de recompensarle con una medalla de oro. No creo que pueda ser un héroe para mi pueblo con una medalla de plata”, indicó.
Sucumbió ante el chino Long Qingquan y acabó batiendo el récord mundial al levantar 307 kilos.
El halterista reconoció que teme ser ejecutado al regreso a su país. “Sé que no podré volver a competir nunca más, pues he deshonrado a mi pueblo y avergonzado a mi líder, estoy seguro que al regresar a mi país el líder supremo Kim Jong-Un dará la orden a su guardia personal de asesinarme por no haber representado dignamente Corea del Norte”
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Y si bien en algunas declaraciones señaló con una actitud estoica “no le temo a la muerte, estoy convencido que es la única forma de pagar mi gratitud”, en otras declaraciones puso la mira en Tokio 2020: “Espero volver en la próxima oportunidad y competir de nuevo para pagar mi gratitud con el oro”, añadió.
Y en la adversidad se dio tiempo para recordar a su fallecido líder Kim Jong Il: ·”Va a ser mi inspiración siempre. Espero volver en la próxima oportunidad y competir de nuevo para pagar mi gratitud con el oro”.