La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) ha decidido mantener sin cambio la tasa de interés en un nivel de 4.25 por ciento.
Sin embargo, seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazo, en especial del tipo de cambio y su posible traspaso a los precios al consumidor.
La inflación general anual continúa ubicándose por debajo de la meta permanente de 3 por ciento, como consecuencia principalmente del comportamiento de la inflación no subyacente.
Pero para los siguientes meses, se espera que el precio de los bienes y servicios aumente gradualmente para cerrar el año ligeramente por arriba de 3 por ciento.
Esta dinámica, explicó, obedece principalmente a la fórmula empleada para la determinación de los precios máximos de las gasolinas por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, así como a la evolución de las referencias internacionales de estos energéticos.
Para 2017, se prevé que tanto la inflación general, como la subyacente, se ubiquen alrededor del objetivo permanente de inflación.
Tomando en cuenta el incremento del Objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día de 50 puntos base determinado en junio pasado, se estima que el balance de riesgos para la inflación en el horizonte de tiempo en el que tiene efecto la política monetaria es neutral.
En todo caso, persisten diversos riesgos para la inflación. Al alza, por el hecho de que no se pueden descartar depreciaciones adicionales de la moneda nacional, a la luz de la incertidumbre sobre el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y sus implicaciones, la posibilidad de precios del petróleo débiles, un deterioro del déficit de la cuenta corriente, y el potencial reinicio de la normalización de la postura monetaria de la Reserva Federal.
Tampoco se pueden descartar aumentos de precios de bienes agropecuarios, si bien su impacto sobre la inflación tendería a ser transitorio.
De acuerdo con la estimación oportuna del Producto Interno Bruto publicada por el INEGI, en el segundo trimestre de 2016 la economía registró una contracción, después del crecimiento reportado en el trimestre precio.
El consumo privado se desaceleró, mientras que las exportaciones manufactureras y la inversión mantuvieron un débil desempeño. En este contexto, durante el segundo trimestre del año la brecha del producto parecería haberse mantenido negativa.