• Kalimba, Rossana Nájera, Armando Mora, la Orquesta Municipal de Xalapa, Tlen-Huicani, Marching Band, 600 jarochos y cientos de artistas se congregaron en el Estadio Xalapeño.

Más de 13 mil xalapeños presentes en el Estadio Xalapeño Heriberto Jara Corona disfrutaron de la presentación Una luz por la paz, la gran gala inaugural del Festival de las Flores, Xalapa llena de Luz, que se llevará a cabo hasta el 4 de septiembre, divido en cuatro fines de semana de actividades artísticas y culturales.

El evento, que estuvo presidido por el alcalde Américo Zúñiga Martínez, acompañado de su familia, fue presentado por la xalapeña Rossana Nájera y dio inicio con las actuaciones de María María y de Pamela Rebolledo, quienes dieron paso al desfile de marching bands xalapeñas por la pista del estadio.

Posteriormente, el grupo Tlen Huicani, bajo la dirección del maestro Alberto de la Rosa, puso el punto folklórico a la noche con la presentación del Huapango de Moncayo, interpretado por diferentes grupos de ballet que pasaron a la tarima colocada en el centro del Estadio para la ocasión.

Los músicos rindieron un homenaje a Xalapa con canciones y versos, antes de dar paso a las notas de La Bamba, al ritmo de las cuales bailaron 600 artistas con trajes de jarocho que llenaron la pista y la tarima central, haciendo vibrar al público con el ritmo de su zapateado.

Para continuar con el programa, la Orquesta Municipal de Xalapa y otros músicos invitados interpretaron We are the champions, justo antes de que Kalimba subiera al escenario para regalar a los presentes con canciones como Quién será, El triste, A mi Manera, Solo déjate amar, Estrellas Rotas y Solamente una vez.

Para entregar reconocimientos a los protagonistas de la noche, subieron al escenario el alcalde Américo Zúñiga Martínez, la Rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara, y los representantes del comité organizador Ernesto Aguilar Yarmuch y Mauricio Cuevas Gayosso.

Para cerrar la gala inaugural, todos los presentes encendieron una vela para acompañar las notas del Himno a la alegría, interpretado por el maestro Armando Mora y pedir por la paz del mundo, en un inolvidable momento que emocionó hasta las lágrimas a algunos de los presentes. El final de la Novena Sinfonía de Beethoven dio paso a un gran espectáculo de luz y pirotecnia, que puso el broche de oro a la noche.