“Rubem Fonseca.”
A sus 91 años de edad el escritor brasileño Rubem Fonseca, sigue siendo un referente imprescindible de la literatura brasileña y latinoamericana. El escritor brasileño inició su carrera cuando ya era un hombre maduro, pero eso no fue un impedimento para su consagración como escritor, al contrario, sus obras son ampliamente difundidas y leídas. Rubem Fonseca se ha convertido en un verdadero clásico latinoamericano que hay que leer, porque, además de su bella prosa, su obra sigue teniendo una vigencia impresionante y tristemente sigue desnudando no sólo los problemas del Brasil, sino de Latinoamérica y esto lo podremos apreciar en su novela titulada: Agosto, publicada en el año 1990.
La novela lleva el título de: Agosto, porque tendrá como escenario central el año y el mes de agosto de 1954, cuando el entonces Presidente de Brasil Getulio Vargas, después de una fuerte crisis política se suicidó. Lo anterior señalado es el punto de partida de la novela, pero lo más interesante es que ni el Presidente, ni la crisis política que vivía Brasil, serán los temas centrales e incluso todos los temas girarán en torno al gran protagonista de la historia y el único hombre honesto que tenía el Brasil, un Comisario de policía llamado Alberto Mattos.
Agosto es una novela policiaca e histórica, la trama inicia con el asesinato de Paulo Machado Gomes Aguiar, quien era uno de los principales socios de una poderosa empresa denominada CEMTEX, el Comisario Mattos es el encargado de investigar el crimen contra Paulo. Una de las principales características del comisario Mattos es que a lo largo de su carrera policiaca ha sido un hombre incorruptible, por ese hecho vive de manera modesta en un pequeño departamento, acompañado de discos y libros, los políticos o ricos que tienen algún conflicto con el Comisario, le dicen que es un policía de quinta, porque en general su vida es muy modesta.
Mattos de Joven tuvo una novia muy bella llamada Alicia, se percibe en la lectura que Mattos la amó, pero por diversas circunstancias (incluyendo la económica) Alicia lo abandonó, en la vida actual Mattos tiene a una enamorada llamada Salete, esta chica que es descrita como modelo está enamorada de Mattos, ella en sus inicios se dedicó a la prostitución, en ese ambiente conoció a un empresario y político rico, le puso departamento, se la llevó a viajar por toda Europa, a pesar de los lujos y comodidades, Salete seguía enamorada del Policía.
Cuando Mattos inició la investigación del asesinato de Paulo Gomes, fue descubriendo que una de las sospechosas era la viuda de Paulo, llamada Luciana Borges, pero hay algo más interesante, uno de los socios poderosos y amigo personal del asesinado Paulo, se llama Pedro Lomagno, quien resultó ser amante de Luciana Borges, y por si fuera poco, Pedro Lomagno era el esposo de Alicia la antigua novia del policía Mattos. Por si faltará agregarle datos a esta investigación, Paulo Gomes vivía con Luciana, pero tenía un hombre de piel negra de amante, y Pedro Lomagno aunque vivía con Alicia, al igual que su amigo, le gustaba que el mismo negro que hacia feliz a Paulo, lo hiciera feliz a él.
La investigación que estaba realizando el Comisario Mattos es un punto importante de la novela, porque en ella se irán involucrando más personajes incluyendo al Senador Vitor Freira, quien también era homosexual, con la diferencia que éste le gustaban preferentemente los niños y cuando fue descubierto en un acto perverso por el vigilante del edificio donde vivía, el vigilante fue asesinado para evitar cualquier desprestigio contra la buena imagen del Senador.
En el mismo mes de Agosto del 54, fueron contratados unos matones para acabar con la vida del periodista Carlos Lacerda, éste periodista era Diputado y fuerte opositor al régimen de Getulio Vargas, Lacerda logró salir ileso del atentado, pero quien murió fue su guardaespaldas quien era un oficial de aviación militar apellidado Vaz, este atentado y muerte del oficial conmocionó a Brasil, la mayoría de los medios que estaban en contra del régimen no tan sólo condenaron el hecho, además, culparon a Getulio Vargas como el principal responsable del atentado, Lacerda sintiéndose poseedor de la verdad absoluta también culpó al Gobierno del atentado, y pidió la renuncia inmediata del Presidente.
Gran parte del Ejército, la Marina y las fuerzas Aéreas, solicitaron la renuncia del Presidente Getulio Vargas, si no lo hacía se veía venir el golpe de Estado, en medio de esta terrible crisis política que vivía Brasil, las investigaciones del Comisario Mattos seguían adelante, entre más avanzaban las pesquisas más políticos poderosos salían involucrados, por supuesto que los interesados en que no se aclararán los crímenes que investigaba Mattos, contrataron matones para acabar con él, y con toda persona que representara algún peligro.
Uno de los matones más eficientes que aparecen en la novela lleva el apodo de Chicao, es un negro fuerte, quien no falla en sus servicios, Pedro Lomagno tenía un sentimiento especial por Chicao, Pedro le pidió desapareciera a Raimundo quien era vigilante del edificio donde vivió Paulo Gomes y el vigilante le había dicho a la policía que un negro de sus características había entrado al edificio el día que asesinaron a Paulo. Tengo que confesar que la forma en que el negro Chicao asesinó al vigilante Raimundo es horrorosa, cruel, inhumana, pero, ¿Quién podría dudar que la realidad supera a la ficción?, es más, les adelanto que cuando Chicao regresaba de cometer el crimen, traía los dedos de Raimundo en el saco y como se divirtió tirándolos en una manifestación que pedía la renuncia de Getulio Vargas.
La novela es un verdadero Thriller, su lectura es entretenida, intrigante, y aunque en toda la historia hay una voz que clama en el desierto, esta voz fue apagada, porque en el desierto no hay nada, y como dice el Tango Cambalache: “Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé en el 506 y en el 2000 también.” Esto se puede comprobar cuando uno de los personaje más corruptos y poderosos le dice a su guarura: “–No es necesario. Aquel policía güevón que me perseguía ya entregó el equipo. Los otros policías están todos en mi nómina. Todos. Guardias, detectives, investigadores, delegados. Si no fuese por mí, las mujeres y las hijas de la mayoría de ellos no se comprarían un vestido nuevo en sus aniversarios.”
Finalmente, que dignidad resulta ser un ciudadano de quinta, con un pequeño departamento lleno de discos y de libros, para todo lo demás los ejemplos abundan.
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