La primera gimnasta india en unas Olimpiadas, Dipa Karmakar, no tenía zapatos para asistir a su primer campeonato y tuvo que pedirlos prestados.
El gimnasio donde comenzó a entrenar no contaba con un aparato para saltos, por lo que lo improvisaban con una pila de colchonetas.
Según le explicó a la BBC, las instalaciones, además, se inundaban de ratas y cucarachas durante la época de lluvias.
La joven de 23 años no logró ganarse una medalla en Río pero sí los corazones de miles de personas en su país con su rutina de salto.
Finalizó este domingo en el cuarto lugar en esa categoría con un puntaje de 15,966, solo 0,15 centésimas detrás de la ganadora del bronce.
Y si tomamos en cuenta el humilde comienzo de Karmakar en un deporte que tiene poco apoyo financiero en India, su éxito es todavía más notable.
«Nunca esperé una medalla en estos Juegos pero llegar de cuarta es muy importante», le dijo al medio indio First Post.
«Son mis primeras Olimpiadas y no necesito decepcionarme. Dentro de cuatro años mi objetivo será el oro«.
Salto «de la muerte»
Karmakar fue solo una de dos gimnastas en realizar el salto «Produnova», conocido ampliamente como una de las maniobras más difíciles en gimnasia.
Suelen referirse a él como el «salto de la muerte».
La misma Simone Biles, campeona olímpica en salto, le dijo al medio estadounidense The New Yorker una vez que no intentaba hacerlo porque «no quería morir».
Karkamar completó la maniobra este domingo y aterrizó sobre sus pies, aunque en seguida se sentó. Se cree que esto provocó que perdiera puntaje.
Sin embargo, la gimnasta india estuvo satisfecha con su resultado.
A pesar de ser el segundo país más poblado del mundo, India tiene el peor índice de medallas olímpicas per cápita.
En las últimas tres décadas, el país solo ganó una presea de oro, en la disciplina de rifle masculino de 10 metros en 2008.
