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AP

Un bombero de Mississippi que recibió el mayor trasplante de rostro del mundo después de quedar encerrado en un edificio en llamas dijo el miércoles que se siente como “un tipo normal” por primera vez en 15 años.

Patrick Hardison, de 42 años, dijo que puede comer, ver, oír y respirar normalmente gracias a la operación que le realizaron el año pasado. Le crece el cabello y va al gimnasio dos veces por semana.

“Antes del trasplante, todos los días tenía que despertar y decidirme a enfrentar el mundo”, dijo Hardison a la prensa en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York. “Ahora no me preocupa que la gente me señale o que los chicos salgan corriendo. Soy feliz”.

Hardison era un bombero voluntario en Senatobia, Mississippi, cuando un edificio se derrumbó sobre él en 2001. Tuvo 71 operaciones de cirugía reconstructiva antes del trasplante.

Si bien se han realizado unos 40 trasplantes de rostro desde 2005, el de Hardison es el primero que incluye el cuero cabelludo y párpados que funcionan. Desde entonces, los médicos han ajustado algunos aspectos y le han quitado los tubos de respiración y alimentación.

Hardison no tiene cicatrices en la cara, la cual es bastante parecida a la que tenía antes del incendio, aunque es más redonda y los ojos son más pequeños.

Divorciado y padre de cinco hijos, dijo que uno de los mejores momentos fue cuando vio a sus chicos por primera vez después de la operación de agosto de 2015. Cuatro de ellos estaban presentes en la conferencia de prensa.

Hardison puede conducir un auto y llevar una vida independiente gracias a su nuevo campo visual. Previamente tenía que mirar a través de “ojos de aguja” porque los médicos le habían cosido parcialmente los párpados para proteger sus ojos.

Eduardo Rodríguez, presidente del departamento de cirugía plástica de Longone, dijo que Hardison no ha tenido problemas de rechazo gracias a sus medicamentos, sus hijos y su fuerza.

“Es un individuo notable”, dijo Rodríguez.